Son un tipo de asfaltos que consumen menos materias primas y menos
energía en su fabricación. Se emplea polvo de goma de neumáticos
viejos, que se reciclan de esta manera, se utilizan gravas que se
reutilizan de la propia carretera (por ejemplo, de un desmonte) y se
reduce la temperatura necesaria para fabricar, trabajar y aplicar el
asfalto en la calzada.