informe
tina lo logró mucho antes, en 1974, con
Isabel Martínez de Perón, quien a la postre fue la primera mujer en colocarse la
banda en América. En el Perú, la que más
cerca estuvo fue Keiko Fujimori, lideresa
de Fuerza Popular que pasó a la segunda
vuelta en el 2011 (perdió con Ollanta
Humala) y que seguramente volverá a
intentarlo en el 2016.
Keiko aparece en los registros, pero la
que más noticias acapara en la actualidad es
Nadine Heredia, primera dama y cofundadora de Gana Perú, cuya movilidad política
suscita debates y críticas por carecer de un
cargo público y obrar (dar ‘luz verde’ y despachar con funcionarios) tras bambalinas.
Que quiere ser presidenta, nadie parece
dudarlo, pero deberá esperar hasta el 2021,
si es que decide respetar la Constitución.
Pareciera que el ruido político armado
en torno a Heredia y sus atribuciones no
suma a la importancia de brindar mayores espacios a la mujer. Distorsiona y
politiza un objetivo que es también una
deuda en el país.
Violeta Bermúdez, abogada y ex viceministra de la Mujer, sostiene que “el rol
de primera dama no debería existir porque
encasilla a la mujer como simple compañera del mandatario y la obliga a realizar
actividades sin consultarle”. Y agrega:
“¿Imaginan a la esposa de un presidente
que no quiera saber absolutamente nada del
papel de primera dama? ¿Qué haríamos?
¿La obligamos a que lo haga?”.
Aún con Keiko y Nadine en la política,
la pregunta se impone: ¿Por qué no hemos
tenido una mujer presidenta? Violeta Bermúdez agrega que “en el Perú, por motivos
culturales, sociales y políticos, las mujeres
hemos accedido tardíamente al derecho a
la ciudadanía”. Y añade: “Las diversas interrupciones del sistema democrático han
originado partidos políticos débiles a cargo
de caudillos que fueron un obstáculo para
la irrupción de las mujeres en política”.
Participación femenina
La democracia es la forma de gobierno
más deseable en el mundo. Y dentro de
Perfiles combativos.
Arriba, Nadine
Heredia, quien
parece ser la
operadora política
más importante del
gobierno. Al extremo,
Mercedes Cabanillas,
cuya carrera política
quedó chamuscada
por el ‘Baguazo’. Al
lado, la eterna futura
presidenta, Lourdes
Flores. Las tres
atraviesan momentos
complicados, sea por
sus errores o por la
ojeriza de algunos
sectores machistas.
Chica camuflada. Por primera vez en los
120 años de historia de la Escuela Militar
de Chorrillos, una mujer obtuvo la Espada
de Honor. Vanessa Torres Sullca, nacida en
Huancayo, recibió esa distinción del presidente
Ollanta Humala en el 2013. Pertenece a la
promoción ‘Mayor EP Alfredo Novoa Cava’.
El cargamontón
contra Beatriz
La pionera en desempeñar el cargo
de premier en Latinoamérica fue Beatriz Merino, nombrada por el presidente
Alejandro Toledo en junio del 2003. Sin
embargo, se vio obligada a renunciar cinco
meses después por causa de una feroz
campaña de desprestigio proveniente de
sectores conservadores del gobierno, probablemente encabezados por Luis Solari,
su antecesor en el cargo, quien lo negó de
plano. Lo cierto es que frente a los ataques,
muchos de ellos de índole personal, Toledo
no la defendió, al igual que el resto del gabinete. Fue uno de los momentos más sucios
de la política peruana. Fue sucedida por
Carlos Ferrero Costa, figura resaltante de
Perú Posible, quien se mantuvo en el cargo
hasta el 2005.
ella, la igualdad entre hombres y mujeres
es impostergable. Ojo: igualdad real.
En 1997 se aprobó la Ley de Cuotas de
Género, con el fin de incentivar y garantizar la participación femenina en los procesos electorales.
Anel Townsend, periodista y ex ministra
de la Mujer, señala que “esa norma obliga
a los partidos políticos a que las mujeres
ocupen al menos el 30% de las listas de
candidatos al Congreso”. Sin embargo,
lamenta que la Defensoría del Pueblo haya
confirmado en un informe del 2006 sobre
elecciones municipales y regionales “que
existe la tendencia de colocar ese porcentaje al final de las listas, lo que complica la
elección femenina en los cargos públicos”.
Townsend sostiene que “la solución
podría ser la Ley de Alternancia, que exige
intercalar hombres y mujeres en las listas
parlamentarias”. Opina que “hay que darle
vida a ese marco legal, para que se cumpla
y se fortalezca la participación de la mujer
en la política”.
Violeta
Bermúdez.
“Existen dos
estándares
sociales muy
distintos para
calificar el
desempeño
político de las
mujeres. A ellas
se les critica
con mucha
severidad, y en
algunos casos
se les ofende,
mientras que a
los hombres se
les trata con más
condescendencia.
Eso no es nada
justo”.
En América Latina
Desafíos pendientes
Si en Sudamérica estamos rezagados, en
América Latina la realidad golpea. En los
últimos 40 años, diez mujeres latinoamericanas alcanzaron la presidencia de sus países, cuatro de ellas durante la última década,
habiendo sido reelectas dos: Michelle Bachelet en Chile y Cristina Kirchner en Argentina.
Actualmente, Bachelet, Kirchner y
Dilma Rousseff (Brasil) son presidentas. En
el pasado también fueron jefas de Estado
Laura Chinchilla en Costa Rica, Violeta
Chamorro en Nicaragua, Mireya Moscoso
en Panamá, junto a Ertha Pascal-Trouillot
y Corazón Aquino en Haití.
Anel Townsend afirma que “pese a
todos los obstáculos, estamos encaminados a tener por primera vez a una presidenta mujer, por lo que no podemos ‘tirar
la toalla’ nuevamente”. Y agrega: “Se han
conseguido leyes favorables a ese objetivo, y
ahora más que nunca tenemos que hacerlas
efectivas para que la igualdad se cumpla en
todo sentido”.
En las últimas décadas, el Estado peruano
ha promovido los derechos políticos de las
mujeres a través de leyes y firmando acuerdos internacionales. No obstante \