Anexo 28 - Mayo 2014 | Page 6

06-07 especial Cinco actos criminales que impactaron al país Casos que El secuestro de Luis Guillermo [Setiembre-Octubre del 2003] no son histeria Los delincuentes atacan y matan sin distinguir si las víctimas son niños, adolescentes o estudiantes universitarios. Lima en modo terror. Escribe Verónica Ríos Vida empeñada. Luis Guillermo frente a la prensa, horas después de ser liberado. Sus captores lo habrían confundido con otro adolescente. Robo de película a la PUCP [12 de setiembre del 2002] Voluntad precoz. Romina recibe en Puerto Rico una terapia electroneuromedular que es aplicada por el doctor Osvaldo Font. Abajo, con bigotes, el temido Papita. La pequeña Romina [8 de agosto del 2010] Romina Cornejo tenía tres años cuando sufrió aquel ataque que le cambiaría la vida. Ella y sus abuelos viajaban en un vehículo por la Vía Expresa cuando unos ‘marcas’ aparecieron para robarles dos mil soles. Durante el asalto, José Astuhuamán (a) Papita y Miguel Sandonáz Rojas le dispararon, dañando su columna vertebral y dejándola cuadripléjica. La niña estuvo conectada a un aparato respiratorio por casi un año en la Clínica Santa Mónica, para luego pasar tres meses en un centro especializado de Puerto Rico. Ahora ella puede ponerse de pie y dar algunos pasitos. Sus atacantes fueron condenados a cadena perpetua en diciembre del 2011 y se dispuso que pagasen una reparación civil de 250 mil soles a favor de Romina. Sin duda, fue uno de los casos de inseguridad ciudadana que más impactó al país en las últimas décadas. En un Volkswagen maltrecho, dos camionetas station wagon blancas y una pick up guinda entraron los 15 delincuentes que robaron con armas de guerra 26 mil soles y tres mil dólares de la tesorería de la Pontificia Universidad Católica del Perú. En solamente siete minutos, los maleantes ingresaron por la puerta de la avenida Riva Agüero tras golpear en la cabeza al vigilante Marín Parihuamán. Pese a que los delincuentes corrieron enloquecidos por el campus efectuando disparos, Parihuamán fue la víctima de mayor gravedad. Cuatro de los delincuentes vestían ternos, tres portaban fusiles (FAL y Galil) y el resto utilizó armas cortas. La policía solamente pudo capturar al chofer del auto que fue usado durante la fuga, pero su nombre no fue revelado a la prensa. A Luis Guillermo Ausejo lo secuestraron a las 7:30 de la mañana, en Surco, cuando seis sujetos en tres vehículos interceptaron la movilidad que lo llevaba al colegio. Inicialmente se pidió US$1 millón por su rescate, pero, tras extenuantes negociaciones, sus familiares y los delincuentes acordaron en una cifra límite de US$200 mil para su liberación. En total, Luis Guillermo permaneció 39 días secuestrado. El ministro del Interior de esa época, Fernando Rospigliosi, negó que la familia haya pagado algún tipo de rescate. La sociedad se mantuvo en vilo, especialmente cuando la madre del estudiante, Patricia, apareció en televisión para implorar a los captores que suelten a su hijo. En pleno cautiverio, la policía logró capturar a dos delincuentes: Hugo Daniel Alcázar Mostacero y Gustavo Pino Brizuela. El secuestro había sido planificado desde el penal Miguel Castro Castro por los temibles hermanos Jacinto (a) Cholo Jacinto y Enrique Aucayari Bellido. Posteriormente la PNP capturó a una decena de involucrados, entre ellos algunos efectivos del orden. El 9 de octubre, Luis Guillermo fue introducido dent &