andar por ahí | martin patricio barrios ago. 2012 | Page 75

Le quedan grandes. Al mozo de saco le quedan grandes los zapatos de cuero negro. Los marabú hacen ruido de carro y el mozo de saco que tiene zapatos un par de números más grandes, camina con las rodillas flexionadas y a cada paso golpea el suelo levantando una nubecita de tierra roja. Hace un gesto con la nariz y sube y baja la cabeza como una cigüeña. Tienen la suela dura, los zapatos. Pisa plano porque: 1 / ¿la suela es dura?, 2 / ¿no endereza las piernas? El mozo más bajito no tiene saco, lleva una especie de chaleco. No tiene zapatos, lleva zapatillas chinas como botes y pisa con el arco. A mí me dijo: yes, madame cuando le pregunté qué era lo que estaba comiendo (una espacie de panqueque enorme y verdoso con trocitos de alguna carne y huesos largos que comí con la mano y con gusto y con desconfianza por todo tipo de razones, mientras me parecía que los huesos estaban ahí para dar cuenta de la veracidad de la carne). Yes, madame, ok, madame y se limpiaba la nariz con la manga de la camisa un poco teñida por el polvo rojo, un poco por quién sabe qué. Le pedí la cuenta, sacó la lapicera y la lengua para ayudarse a sumar o a escribir bien los números, miró bien la mesa, apuntando con la birome el plato y el vaso, asintió con la cabeza, one wather: 10,45, one injira with goat meat: 27,05....48,90 Birr, me dijo con los ojos brillantes y aspirando mocos. - ¡¿Perdón...?! - Ok, sorry, twenty is enough, enough y se fue corriendo adentro de sus zapatillas como botes y los twenty en la libretita. Gaoua, Burkina Faso, 2008. 71