andar por ahí | martin patricio barrios ago. 2012 | Page 43

Miraba al cielo nublado con el dedo índice levantado, apuntando a las nubes heladas; movía un poco el dedo regordete y en medio del griterío de 30 mil personas desesperadas, decía suavecito: una, una sola te pido, hijo de puta, una sola...Tal vez en el único lugar donde se puede putear a dios sin que eso sea pecado. Una sola, le pedía a dios, suavecito, con los ojos rojos, y yo lo miraba con mis ojos rojos, entre 30 mil pares de ojos rojos, y miraba el campo y los 30 mil de enfrente que no estaban desesperados, que estaban felices y pensé: ellos también se persignaron, ellos también le pidieron a dios una sola. Gorom Gorom, Burkina Faso, 2008. 39