andar por ahí | martin patricio barrios ago. 2012 | Page 35

Yo siempre me estoy yendo y ese día te vi llegar. Te vi llegar y me quise quedar. Yo no podía mucho más que sostener el cuerpo contra la gravedad y no buscaba nada. Unos se asombran, los otros ya saben. Yo me asombraba aunque ya lo sabía. O lo sabía y por eso me asombraba. Quiero decir que un día te vi llegar como si supiera que estabas por entrar, como si fuera lo que tenía que pasar y me quedé mirándote las manos largas y nerviosas, las cejas arqueadas, los ojos tremendos; me quede mirándote como si así debiera ser, como si fuera así, mirando como sos esas todas que sos, como si fuera inevitable, como si lo hubiera esperado. Te oía la voz de hablar, como si no importara lo que se dice, más bien lo que se escucha. Te miraba como si supiera. Te oía la voz de hablar y escuchaba como si escuchara al mar salpicando millones de caracolitos, ostras, calamares, aguas vivas, morenas, crustáceos, vieiras, cangrejos, sirenas, delfines, espumas, plancton, moluscos, maderas de barcos hundidos hace siglos, como si escuchara al mar hablar de aquellos marinos rabiosos que llegaron un día a las playas de Mozambique y lloraban, como si escuchara al mar de la China del sur... Te miraba los ojos y me acordaba de haber visto cosas de todo tipo. Xiping, China, 2011. 31