RECUERDOS INFANTILES
Aprender a compartir
Recuerdo con mucha alegría cuando jugábamos por las noches . Quedábamos en la acera de mi casa un grupito de chiquillos , entre niños y niñas . Eran aproximadamente las siete y treinta de la tarde-noche cuando mi hermana Natalia organizaba y dirigía los juegos .
Comenzábamos con el juego de el escondite , que consistía en que un niño ( a ) se colocaba frente a la pared o punto de encuentro . A continuación , y tapándose la cara con sus manos , comenzaba a contar 1 , 2 , 3 , ... Hasta 20 . Mientras tanto , todos corríamos a buscar un escondite . La idea era que el niño no nos encontrara . Este , cuando descubría a alguien , le decía su nombre e ipso facto el niño salía de su escondite . Si alguien salía de su lugar y llegaba al punto de encuentro sin ser visto , ganaba el juego y por supuesto el premio , que consistía en un delicioso caramelo de coco .
También jugábamos a otros entretenimientos : esconder la piedra , la cocolina , la goloza … y muchas rondas infantiles .
Algo que me encantaba era la participación en los concursos de belleza y el circo que organizábamos en el patio grande de mi casa .
A las 20:30 , máximo 21:00 de la noche , regresábamos a nuestras casas porque era la hora límite en que nuestros padres nos permitían estar en la calle .
Esta fue una etapa muy bonita , inocente , donde no existía malicia . Aprendimos a compartir , a solucionar conflictos . No existía el móvil o celular , ni el individualismo de hoy . ¡ Finalmente , puedo decir que tuve una infancia feliz !
Clara Muñoz
“ A soluci móvil de hoy tuve u
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