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A pocos metros de allí , en la Plaza Alfonso XIII , tetemos el mercadillo navideño . Este año presenta una fisonomía transformada ; del antiguo recinto cerrado ajeno a las inclemencias del tiempo se ha pasado a un espacio al aire libre , con control de acceso y aforo limitado .
Me acerco y observo la poca gente que hay ; no llueve pero hace frío . El control de aforo marca un raquítico 18 % de ocupación . Recorro los puestos con poca gente y los vendedores , dentro de los recintos , con las manos en los bolsillos y con una expresión en la que se refleja tanto el frío del momento como las desangeladas circunstancias .
El último acto que baja el telón de las navidades es sin duda La Cabalgata de Los Reyes Magos . Tampoco este acto se salvó de las restricciones sanitarias . Hubo que perfilar otro tipo de recorrido , con un cambio de formato y escenario . La tradicional Cabalgata que se celebra la tarde del cinco de enero y recorre la arteria principal de Santander , y lleva a la comitiva Real desde el Palacio de Festivales hasta el Ayuntamiento , se vio obligada a ser suspendida . En su lugar se optó por una recepción a los niños de la ciudad por parte de los Reyes Magos , en la misma Catedral .
Atípica , extraña o diferente . Podríamos elegir entre estos u otros adjetivos para describir estas navidades que nos ha tocado vivir . Cualquiera nos podría valer ; cualquiera para señalar estas navidades , que han sido de todo menos “ normales ”.
En resumen , hemos vivido unas navidades distintas , diferentes y … ojalá irrepetibles .
Juan Francisco Diéguez Machargo
Fotos : El Diario Montañés y J . F . Diéguez
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