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Las navidades en Santander siempre suelen ser sinónimo de actividades , bullicio y mucha gente en las calles . Este año las cosas se presumían distintas . La situación generada por el COVID-19 iba a condicionar las celebraciones ; esa era la idea que me rondaba por la cabeza .
Pues , con el fin de averiguar o descifrar todas estas suposiciones , decidí salir yo mismo a la calle y comprobarlo in situ .
Dicen que la navidad comienza oficialmente el 22 de diciembre , con el sorteo de la lotería y con la “ banda sonora ” de los niños de San Ildefonso cantando los números de la suerte . En mi caso particular , la comencé algunos días antes cuando decoré mi casa con la típica ornamentación navideña , al tiempo que me asaltaba la curiosidad de cómo habrían de ser esas navidades en una época tan especial como la que vivimos . Así que cogí la cámara de fotos , la libreta , el bolígrafo y a “ navidear ” que me fui .
Desde el minuto uno se podía vislumbrar que estas navidades en poco o en nada iban a parecerse a las navidades a las que estamos acostumbrados . Y no hubo que esperar mucho para comprobarlo .
El primer acto oficial de la navidad santanderina tiene lugar en la Plaza del Ayuntamiento , con el encendido de las luces de navidad . Juegos para los más pequeños y un concierto de navidad preparaban el ambiente para el momento más esperado : el encendido de luces . Este año , todo eso desapareció para dejar paso a un simple encendido de las luminarias a cargo de la alcaldesa acompañada de un grupo reducido de comerciante .
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