JAMÁS.
No volverá un día a nacer igual que ayer,
A menos que ladre el perro de la tía;
Y me asuste por completo a medio querer.
La mano que sostenía mi pulgar,
Se durmió sin querer, sintió frío ayer,
Y se desvaneció de su lugar sin imaginar, sin querer.
Tiemblo, es media noche, consigo ver el semblante de una
mujer,
Con un medio litro de cerveza en mano a medio beber,
Supongo acaba de enmudecer, porque escucho su ruidoso
placer.
Mañana no será igual que ayer, pues mi silueta dejaras de
ver.
Quédate ahí, muda, quieta, es mejor verte así,
Que tenerte cercas, y despertar de ti.
Jamás, jamás, nada será igual que ayer,
A menos que ladre el perro de la tía;
Y me cierres la puerta al querer ceder.