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Las personas creen que para contrarrestar los efectos de la deforestación hace falta solo plantar más árboles, pero no toman en cuenta que clase de estos mismos se deben cultivar en cada zona. Cada región tiene su propio ambiente y conociendo cada una de estas se pueden sembrar los árboles adecuados y que se puedan adaptar a los constantes cambios climáticos, ya que, si solo se ponen por ser estéticamente bellos o por seguir modas, estos tal vez no puedan aclimatarse al ambiente de la ciudad y como consecuencia terminar muriendo.

Problemas de la reforestación

El ejemplo más destacado en Monterrey, es el de las plantaciones de árboles Ficus durante una temporada, los cuales, al no estar acostumbrados a los cambios climáticos tan repentinos de la ciudad terminaron muriendo por una fuerte helada que enfrentó la ciudad. Esto representó una gran pérdida de dinero para el gobierno del estado, ya que fue necesario sembrar más árboles para reparar el daño causado por la helada. Lamentablemente no se consiguió ningún beneficio por la plantación de estos árboles, al contrario, el estado gastó casi el doble de lo pensado.

Este es un ejemplo de lo importante que es conocer primero cual es el tipo de árbol más adecuado para adaptarse o soportar las condiciones climáticas de la zona, sobre todo en una como Monterrey, donde los cambios en el ambiente son muy frecuentes. Árboles como la Anacahuita, el Mezquite, la Tenaza, el Huizache y la Barreta son adecuados para esta región, ya que pueden aguantar grandes sequías, fuertes heladas y ocupan mucha luz. En cambio, los ficus no son tolerantes a temperaturas mayores a 30º, son sensibles a las corrientes de aire, no son tolerantes a grandes cantidades de luz solar, deben de ser regados constantemente y al ser muy sensibles al frío, deben estar en interiores.

Algunos árboles originarios de Monterrey, los cuales tienen la capacidad de resistir los cambios climáticos de la ciudad.

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Andrea Arciniega e Ignacio Albo