Los hermanos muy emocionados tocaron a la puerta, que fue abierta por su padre, quien tenia la cabeza gacha y la mirada perdida. Su padre lucía muy triste. Se notaba que el arrepentimiento lo estaba carcomiendo vivo. Ese no era el señor que Amanda y Adam recordaban así que no perdieron mas tiempo y lo abrazaron. Su padre tardo en reaccionar pero cuando lo hizo y vió de quien se trataba no perdió más tiempo y los abrazo muy fuerte a los dos, no pudo evitar llorar tanto de alegría como de tristeza. En eso los gemelos recordaron el dinero que llevaban con ellos, algo que alegro mucho a todos. Sin mencionar que su madrastra murió. Y