Los avances tecnológicos han traído consigo grandes cambios en los aspectos sociales, culturales y educativos a nivel mundial. Según las estadísticas del Banco Mundial (2014) el 83% de la población del planeta tiene acceso al internet y un 82% poseen computadoras en el hogar. Esto hace que la educación a distancia sea una alternativa atractiva para todo aquel que, por razones geográficas, de tiempo o espacio no hayan podido completar su educación. Sin embargo, con el desarrollo de la tecnología surge un problema que no se esperaba: la brecha digital. La brecha digital se define como la división entre los individuos, negocios o área geográfica en diferentes niveles socioeconómicos y las oportunidades de estos para acceder a la información y a la tecnología de la comunicación. (OCDE, según ALADI, 2003). Esto se refiere al impacto global que tiene la tecnología y como los países se ven afectados al no tener los recursos para desarrollar proyectos tecnológicos que beneficien a la sociedad. También el término se aplica a las personas con poco conocimiento en tecnología que se ven rezagados frente a otros con conocimiento amplio en el tema. Además, sugiere también que existe una brecha digital que tiene que ver con el uso que se le da a la tecnología. La realidad es que la tecnología llegó para quedarse y somos parte de una sociedad que está siendo modificada constantemente por los avances tecnológicos. La forma en que nos comunicamos, como nos expresamos y ciertamente, como nos educamos ha sufrido cambios y es nuestra responsabilidad como educadores la de abrazar el cambio y acompañar a las futuras generaciones en esta nueva aventura del saber.