CONCLUSIÓN
El uso de las herramientas tecnológicas en el salón de clase, sea cual sea la que se adapte a nuestro
entorno educativo y sus necesidades generales y particulares, debe ser planificado con el cuidado
que representa cada una de las TICs y para el objetivo académico que se quiere alcanzar. El uso de
dichas herramientas debe ser adaptable siempre y cuando se utilicen correctamente las tecnologías
informáticas y se acoplen las características de nuestra institución y grupo de estudiantes.
Se debe, en lo posible, evitar hacer uso de estas herramientas tecnológicas para el mero deleite y
esparcimiento de los educandos en el salón de clase como premio o incluso para matar el tiempo.
Todo uso de herramientas tecnológicas, debe ser justificado para una finalidad que avale y soporte
nuestro programa o plan de clase. Debemos considerar a las TICs como un medio para lograr nuestro
objetivo académico, pero ellas no deben de ser el fin de nuestro objetivo.