ⒶⓁⒻⒶ » Alex: Solución DE Pro PDF (Libro) | Page 18

Sistema Libertad Disfunción Eréctil ¡Eso no es todo! ¿Qué tal un plato clásico de genitales de cabra? Te apuesto que no les decían lo que se estaban comiendo y simplemente los animaban a comer, ya que era "la medicina que traía la emoción de vuelta a su vida" y para cualquier hombre desesperado, hubiera sido suficiente para intentarlo. Lagartos, especialmente los más grandes, como el eslizón, también fueron parte de las comidas y se consumían con gran entusiasmo con una garrafa de vino blanco para que estuviesen demasiado borrachos como para saber lo que estaban comiendo. La fascinación con partes de animales no terminó en épocas anteriores y, sorprendentemente, encontrarás frailes de mediana edad que recomiendan el pene de un lobo como una cura para la impotencia. Uno de estos frailes que se destaca en la historia, es Alberto Magno, que detalla explícitamente cómo el pene del lobo debía ser preparado y consumido en su clásico del siglo 13: De Animalibus. Había que cortar la carne en pequeñas porciones y luego asar en el horno, y una vez hecho esto, comer unas cuantas piezas que supuestamente lograban tener un efecto casi de inmediato. Incluso los gorriones y estrellas de mar fueron incluidos en la lista de animales considerados como afrodisíacos capaces de restaurar la virilidad d e un hombre. La desesperación de los hombres llevó a algunos a llegar a consumir elixires que vendían a personas que aseguraban que estas pociones funcionarían. Una de estas escuelas de pensamiento se propagó por el club de Medicina Physio de 1739 y llevó a muchos a creer que su elixir funcionaría y sanaría. No hay ningún tipo de registro de si alguna vez funcionó, pero siempre apuntan a lo que su elixir prometía hacer para los hombres: “prolongar la capacidad para complacer a sus parejas”. A medida que se acercaba el siglo XIX, la búsqueda de una cura continuó y ahora los médicos participaban en este proceso también y comenzaron a hacer promesas con sus jarabes y mezclas. El Dr. Brodum era popular por su jarabe para el sistema nervioso, así como Samuel-Auguste Tissot tenía su propio conjunto de medicamentos llamado el Bálsamo de Galaad. Se puede decir que estos médicos fueron los precursores de los grandes fármacos para la disfunción eréctil que existen en la actualidad. 18