U
na de nuestras más
íntimas colaboradoras del extranjero, Sofía Pueyo González, al enterarse del tema que trataremos este edición decidió redactar una carta a sus hormonas y enviarnosla para que podamos compartir sus pensamientos. A continuación disfrutaremos de las hermosas palabras que nunca nadie le había dedicado a eso que nos vuelve únicos y distintos de los demás.
Carta a mis queridas Hormonas.
Queridas hormonas:
El motivo de esta carta no es otro que pediros perdón por ignoraros durante tanto tiempo. He sabido de vuestra existencia durante años pero sin comprender qué significabais para mí. Erais esa palabra que parecía explicar mis cambios de humor, mis emociones o hasta el último gramo de peso, pero sin preocuparme por vuestro complejo funcionamiento.
Francamente, pensaba que el verdadero responsable de mis cambios era mi más inmediato exterior, cuando la respuesta estaba, literalmente, en mi interior. Sin embargo es curioso cómo abusaba de vuestro nombre para explicar mi mal humor, mi entusiasmo o los granos que me salían. “Serán las hormonas” solía decir cuando no encontraba la explicación a mi alrededor.
interior. Sin embargo es curioso cómo abusaba de vuestro nombre para explicar mi mal humor, mi entusiasmo o los granos que me salían. “Serán las hormonas” solía decir cuando no encontraba la explicación a mi alrededor.
Han tenido que pasar muchos años de continuos cambios, algunos apreciables a simple vista, otros más tímidos que tardaban en mostrarse, para llegar a darme cuenta del complejo sistema que lo explica y del gran trabajo que hacéis. Pensaba que era dueña y señora de todo lo que pasaba en mi cuerpo ¿Cómo podía llegar a ser tan sumamente insolente?
De verdad, quiero que seáis conscientes de lo agradecida y asombrada que estoy ante el inmenso ejército de hormonas mensajeras que trabaja constantemente para mantener mis constantes vitales. Viajáis sin descanso por mi sangre en forma de sustancias químicas de un órgano para otro, intentando poner orden en el funcionamiento de mi organismo y preocupándonos de mi crecimiento, memoria,miedos y emociones entre otras cosas.
Sois cientos, lo sé, y por eso no puedo en una sola carta dirigirme a cada una de vosotras, así que de momento os escribo a unas pocas.
Estradiol:
Sé que eres un potente estrógeno, responsable del tamaño de mis pechos o de mis curvas. Sinónimo de fertilidad, que me protege frente al deterioro óseo y que me ayuda a la producción del colesterol bueno. Sin embargo, sé que tendré que despedirme de ti cuando llegue esa fase de mi madurez llamada menopausia.
Dopamina:
Eres uno de mis neurotransmisores favoritos, has sido el protagonista de auténticos momentos de placer. Me has hecho disfrutar con la música, y ahora me das una llave para saber cuándo estoy enamorada. Sin embargo, sé que puedes llegar a ser adictiva según cómo provoque tu reacción, por ejemplo con las drogas. En cualquier caso, no me olvido del importante papel que puedes llegar a tener en tratamientos contra el Parkinson o incluso con algunos tumores. Me he enterado que tu administración en tumores malignos amplia los vasos sanguíneos con los que estos se alimentan, facilitando así el acceso a las células malignas.
Oxitocina:
Tú, amiga mía, me has regalado verdaderos arrebatos de pasión. No me extraña que te llamen la hormona del amor. Quiero felicitarte porque, al parecer, eres candidata para tratar el autismo, disfunciones sexuales, estrés postraumático, la esquizofrenia e incluso el estreñimiento.
Somatotropina:
Sé lo importante que eres, nada más y nada menos que la responsable del crecimiento, aunque conmigo has sido un poco vaga. Por cierto, ¿sabes que fuera han descubierto tu gran potencial para mejorar la masa y rendimiento muscular? Por eso te están empleado como posible reparadora de lesiones medulares.
Testosterona:
Te confieso que mi ignorancia me convenció de tu nula presencia en mi organismo, pero ahora que sé de ti y que estás conmigo, entiendo muchas cosas y quiero agradecerte otras tantas. Sé que eres la razón del deseo de revancha, de la agresividad y del perfil arquetípico del varón. Parece todo malo, pero no, el mensaje que llevas dentro de ti puede dar respuestas al aún desconocido Alzhéimer. También eres crucial en la reproducción asistida por fecundación in vitro (FIV), ya que tu administración aumenta el número de óvulos facilitando el trabajo.
Adrenalina:
Si tuviera que definir nuestra relación lo haría con un tira y afloja. Eres capaz de resucitar corazones, anestesiar, tratar úlceras sangrantes o crisis de alergias alimentarias en niños. Sin embargo también eres sinónimo de emoción extrema, y cada persona encuentra una forma de provocarte.
Tienes la capacidad de regalar sensación de felicidad y pánico. Ante una amenaza o peligro mi cerebro ordena a tus glándulas suprarrenales que te liberen. Y ahí sales, directo a acatar órdenes. Haces que mi corazón se acelere, aumentas la presión de mis vasos sanguíneos, dices a mi hígado que libere azúcar que tenía almacenado (gracias a la Insulina, otra mensajera a la que ya escribiré), y provocas la contracción de unos músculos y la relajación de otros ¡Es un caos! Adictiva propietaria de sensaciones extremas que puede volvernos ciegos ante ciertos peligros.
CRH (liberadora de corticotropina):
Me encantó conocerte. Me tranquiliza saber que tengo una mensajera que regula la liberación de corticotropina para evitar ataques de pánico o ansiedad. Desde la hipófisis controlas que no tengamos reacciones desmedidas antes situaciones estresantes. Me he enterado de que aún tienes mucho potencial por descubrir, aunque por el momento eres un buen recurso para tratamientos contra la ansiedad o la depresión.
No quiero despedirme sin antes recordar a William Bayliss, quien en 1902 os dio el nombre de hormonas, tras descubrir la primera de ellas, la secretina. El trabajo de Bayliss fue crucial para comprender el poder de vuestra sintetización artificial para la cura de enfermedades. Un hallazgo decisivo ya que nada ni nadie es perfecto y a veces no sois suficientes para el organismo o carecéis de las proteínas receptoras necesarias para vuestro correcto funcionamiento.
En estas líneas llega el hasta luego, volveré a mandaros otros “mensaje”. Mientras voy a seguir investigando y descubriendo mi propio sistema de correos.
https://goo.gl/tBfoJS