Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de La Nueva Izquierda Agustin Laje y Nicolas Marquez - El Libro Negro de | Page 98

también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido”. Es curioso advertir que esta agrupación, a pesar de decirse “católica”, no tiene ningún tipo de actividad parroquial más que la promoción del pecado del aborto.[275] Pero a esta altura debería quedarnos claro que el nombre de la asociación “Católicas por el derecho a decidir” incurre en una contradicción tan absurda como haberle llamado “Católicas por el derecho a no creer en Dios y seguir llamándose católicas”. Sin embargo, el nombre en cuestión no es de ninguna manera inocente: lo que se procura con él es instalar en la opinión pública la idea de que existen personas que, pertenecientes a la misma Iglesia católica que las feministas atacan, creen y apoyan todas las demandas de estas últimas. Asimismo, se trata de corroer la unidad discursiva de la propia Iglesia, dando la ilusión de que sus posturas más fundamentales no son contempladas por todos los fieles y que hay “otra vía”, confundiendo a la comunidad católica. En una palabra, se trata de la vieja táctica del “entrismo”. Volteando nuestra mirada hacia otro lado, un caso de organización feminista exclusivamente lésbica en Argentina es “Las Fulanas”, quienes en la carta de presentación de su sitio web dicen: “Ser feministas significa para nosotras reconocer la existencia de un sistema patriarcal heteronormativo (…). Creemos en el socialismo como sistema de organización política-económica, porque consideramos justa la posesión pública de los medios de producción y su administración en pro del interés de la sociedad en general, y no a favor de clases o grupos particulares”.[276] Nótese que el tema de la lucha anticapitalista es una constante que parece no tener excepción en este tipo de agrupaciones. A Las Fulanas también les gustan las pintadas en los espacios públicos: “Qué difícil es ser mariposa en un mundo de gusanos capitalistas”[277] es una de sus “reflexiones” predilectas. Resulta curioso advertir, no obstante, que muchas de estas organizaciones feministas y think tanks promotores de la ideología de género y del aborto están muy bien financiadas nada menos que por el ala izquierdista del poder financiero mundial. Así por ejemplo, encontramos que muchas de ellas reciben periódicamente abultadas sumas de dinero nada menos que del International Planned Parenthood Federation (IPPL), organización que maneja un presupuesto anual de 125 millones de dólares, suma compuesta en gran parte por las jugosas donaciones de la Ford Foundation y la Bill & Melinda Gates Foundation. El dinero proviene también del magnate Warren Buffett, quien ya ha donado aquí más de 289 millones de dólares.[278] Recientemente se ha descubierto que la filial estadounidense de IPPL, el Planned Parenthood Federation of America, lleva adelante millonarios negocios con los fetos abortados, vendiéndoles este “producto” a la industria cosmética, especialmente el colágeno, y traficando órganos. La investigación fue realizada por el Center for Medical Progress[279], y se ha encontrado, además, evidencia de abortos realizados hasta el