Allá por el año 1985, en el barrio Miraflores, un grupo de adolescentes y jóvenes del sector, se reunían todos los Domingos para animar las Eucaristías, motivados por la música de alabanza a Dios. Así mismo y cobijados bajo la Comunidad de Padres Marianistas que tenían su sede en Miraflores, existía un grupo de jóvenes denominado“ Marianistas” que se reunían en la comunidad mencionada a cargo del Padre Luigi Rougin. Una semana antes de la celebración de la Pascua( marzo / 1985), estos dos grupos de jóvenes y otros más asistieron a un Festival de Grupos Cristianos y a semana seguida, el grupo juvenil católico denominado ALMA, que tenía su sede en el Colegio San Gabriel, planificó y desarrollo una maravillosa Pascua Juvenil, que tuvo lugar en el Colegio de La Presentación, a la que también asistieron los mencionados jóvenes del barrio. Motivados por esa espectacular celebración, y auspiciados por la Iglesia del barrio así como con el |
apoyo de las hermanas del Colegio de la Presentación, un grupo más numeroso de niños, adolescentes y jóvenes comenzaron a reunirse con el fin de realizar actividades de reflexión espiritual, acercamiento a Dios, ayuda a la comunidad y apoyo a las actividades eucarísticas. Transcurridas las primeras semanas de consolidación de la iniciativa y visto que había interés en consolidar el naciente grupo, este se autonombró como AGUA- MA, vocablo con raíz quechua que significa“ hacia arriba” o“ hacia adelante”, que cubría el deseo de superación personal, espiritual y emocional de sus miembros. El grupo en sus casi 4 años de existencia, tuvo el apoyo de varios párrocos, de las Hermanas de la Congregación del Colegio de La Presentación, así como de los grupos organizados de la urbanización.
Cubrió tareas de formación católica, emocional y apoyo a la comunidad; algunas de ellas consistieron en ayuda social a personas de escasos recursos: agasajos navideños a las familias que
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vivían en las guardianías de las casas ahora construidas y a los niños de la escuela Pablo J. Gutiérrez; esto lo realizaban gracias a las colaboraciones de las personas del barrio, que consistían en víveres, ropa, juguetes, y también por medio de la autogestión de los integrantes del grupo Aguama con actividades como recolección y venta de papel periódico, venta de quimbolitos, empanadas, etc. al final de las Misas. Había espacios de reflexión en los que se debatía sobre la libertad, la juventud y otros temas afines, encaminados al crecimiento espiritual cristiano así como a fomentar el espíritu social crítico de los miembros del grupo. Y como complemento, no podían faltar los deportes y las celebraciones: los integrantes del grupo entrenaban en las canchas del Colegio La Presentación para participar en campeonatos de fútbol y básquet que se organizaba en el barrio, y también colaboraban en las Fiestas de Quito, hecho que unía mucho a los moradores del barrio. El grupo era absolutamente a- |
bierto a todos los jóvenes que quisieran integrarse, con un espíritu crítico ante la sociedad en la que estaban inmersos, con un gran deseo de consolidar la fe en un Dios que exigía trabajo duro, solidaridad, fe y amor a la gente. En enero de 2011, alrededor de 25 años después, un grupo significativo de los miembros de AGUAMA se reencontraron, esta vez acompañados y apoyados por sus familias y en una reunión altamente emotiva renovaron sus lazos de amistad, compromiso con la vida y con la fe que profesan con madurez, alegría y responsabilidad. |