Fotografía Boudoir, qué es y cómo se
hace.
por Antonio García Sánchez
Es difícil dar una definición precisa de la
fotografía de boudoir. Muchos de los que
trabajan temáticas de desnudo y lencería
que dicen hacer boudoir presentan tra-
bajos más cercanos a lo erótico, artístico
etc. Por este motivo hay cierta confusión
a la hora de dilucidar si una imagen pue-
de ser catalogada como de boudoir o no.
En estas primeras líneas intentaremos
aclarar conceptos.
La fotografía de boudoir se caracteriza
por presentar la imagen de una mujer en
un momento íntimo y especial. La ele-
gancia, la dulzura y la sensualidad están
presentes durante toda la sesión.
Con estos pocos conceptos daremos una
serie de pautas para obtener un buen tra-
bajo de esta temática. Siempre se debe
tener presente que hay una delgada línea
que separa el boudoir de una sesión de
lencería para un calendario de taller de
automóviles. Es relativamente fácil cruzar
esa línea ya que depende sobre todo de
la percepción del que contempla la foto.
Pocos de los que se dedican al boudoir
pueden decir honradamente que nunca
han traspasado ese invisible límite.
Empecemos hablando de la localización.
Se necesita crear un cierto ambiente. En
unos casos será lujoso, en otros intimista,
para lo que necesitaremos una estancia
mínimamente decorada. Una habitación
de hotel siempre funciona, un aparta-
mento o una casa rural también valen.
Determinados estudios tienen los sufi-
cientes elementos de atrezzo como para
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poder resolver con soltura un reportaje
de este tipo. Una sesión de boudoir no
está reñida con los exteriores, sin embar-
go encontrar un bonito bosque, jardín o
playa libre de curiosos bañado por una
luz suave no es fácil.
El estilismo en el boudoir clásico se ca-
racteriza por el uso de lencería de ca-
lidad. Los colores de la ropa no deben
ser chillones. Es una buena medida para
evitar que nuestro trabajo acabe en la pa-
red de un taller de automóviles. El negro
y los tonos pastel deberán presidir la se-
sión apoyada por el uso de complemen-
tos que inspiren lujo y glamour. Bisutería
vistosa y de una mínima calidad, perlas,
collares con incrustaciones de cristal,
pulseras etc son un buen recurso. Libros
antiguos y flores sueltas son también una
buena elección. No obstante tampoco
hay que ceñirse únicamente a la lence-
ría clásica. Una chaqueta de punto o una
camisa holgada colocadas estratégica-
mente sobre la piel de la modelo dan ex-
celentes resultados. La lencería básica
se puede mezclar con los anteriores es-
tilismos. Restamos lujo y glamour pero
añadimos intimismo y sensualidad. Se
pueden hacer infinitas combinaciones,
teniendo siempre presentes las premisas
de la fotografía de boudoir.
La iluminación con luz solar tamizada
para este tipo de trabajos es la que fun-
ciona mejor. Es posible que haya que
apurar un poco la sensibilidad de la cá-
mara pero merecerá la pena.