AGORAgdl Marzo, 2014 | Page 10

JOSÉ EMILIO PACHECO

y sus batallas

José Emilio Pachecho un hombre trascendente...

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LETRAS

Alta traición

No amo mi patria.

Su fulgor abstracto

es inasible.

Pero (aunque suene mal)

daría la vida

por diez lugares suyos,

cierta gente,

puertos, bosques de pinos,

fortalezas,

una ciudad deshecha,

gris, monstruosa,

varias figuras de su historia,

montañas

-y tres o cuatro ríos.

José Emilio Pacheco

Con el reciente y lamentable fallecimiento del escritor José Emilio Pacheco, la literatura mexicana y el mundo en general pierden a uno de sus grandes representantes.

Sin embargo, su obra trasciende al tiempo y a su partida, José Emilio Pacheco, es referente de la poesía y la narrativa con un estricto sentido de la perfección palabra a palabra; así lo constantan sus constantes cambios y ajustes que realizaba a su obra.

Muchas generaciones conocieron a Pacheco a través de la música de Café Tacvba, con la canción Las Batallas, inspirada en la novela Las batallas en el desierto; con el paso del tiempo se conviertieron en fieles lectores del escritor.

La novela Las batallas en el desierto se ha convertido en lectura obligada para varias generaciones, que conocerán a través de ella un México que se nos fue, que se escapó, pero que de manera fantástica plasmó José Emilio Pacheco en su libro.

Su trayectoria como escritor, lo hizo recibir numerosos reconocimientos y premios nacionales e internacionales, entre ellos el más importante el Premio Cervantes en 2010.

Pero además de su obra y los reconocimientos, José Emilio Pacheco era uno de los escritores más queridos en México, era un hombre sencillo y humilde.

Se extrañará a José Emilio Pacheco, pero su obra nos permitirá tenerlo presente y que las nuevas generaciones sigan conociendo la obra de un hombre que escribía de un México, que también como él, ya se nos fue.

Indeseable

No me deja pasar el guardia.

He traspasado el límite de edad.

Provengo de un país que ya no existe.

Mis papeles no están en orden.

Me falta un sello.

Necesito otra firma.

No hablo el idioma.

No tengo cuenta en el banco.

Reprobé el examen de admisión.

Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.

Me desemplearon hoy y para siempre.

Carezco por completo de influencias.

Llevo aquí en este mundo largo tiempo.

Y nuestros amos dicen que ya es hora

de callarme y hundirme en la basura.

José Emilio Pacheco