… dos veces bueno
ISBN 0124-0854
N º 184 Febrero de 2012
Presentación
… dos veces bueno
El aforismo, tema de esta Agenda Cultural, que en sus inicios se asumió equivalente a la máxima o a la sentencia, hoy puede tomarse como un género literario más, o por lo menos como un brazo de la poesía. De la rigidez y la adusta contundencia propias de las ciencias y las escuelas, el aforismo se ha hecho dúctil y ha hecho migas con el humor, la ambigüedad, la ironía, la paradoja y la levedad, más cercanos del arte poético que de los frutos de la razón pura. Todo comenzó con Aforismos y sentencias, el legado que Hipóctrates de Cos dejó a su criatura, la medicina, en el siglo V a. C. Más de quinientas píldoras para el buen vivir y para retrasar la llegada de la muerte, del tenor de:“ Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”, y“ La vida es breve; el arte, largo; la ocasión, fugaz; la experiencia, engañosa; el juicio, difícil”. El aforismo se asimila a menudo con el proverbio, el refrán, la máxima, la sentencia y el adagio, siendo hoy de materiales muy distintos. Como es equivocado, según lo que decimos y de acuerdo con muchos otros, el significado que nos dan los diccionarios:“ Sentencia breve y
doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte”. Cristóbal Serra( España, 1922), en su imprescindible antología Efigies( Tusquets, 2002) dice que“ el aforismo es la poesía que de líquida pasó a sólida”, y termina designándolo“ monolito poético”. Aunque hay no pocos autores que en siglos anteriores le imprimieron carácter y poesía al aforismo, hay coincidencia en afirmar que es el siglo XX el mejor tiempo para la solidificación de un concepto nada estático y nada rígido. Kafka, Ciorán, Stevens, Canetti, Chesterton, Porchia, De Ory, Juarroz, siguen caminos trazados antes por Nietzsche, Lichtenberg, Novalis, Blake, Swift, Pascal, Lao-Tsé. En nuestro medio, Nicolás Gómez Dávila llamó a los suyos Escolios, en tanto que Gómez de la Serna( España) Greguerías, y Wallace Stevens( Estados Unidos) prefirió Adagia.
Elías Canetti dijo que sus Apuntes( aforismos) eran“ un modo de respirar”. Sin duda una magnífica conclusión para nuestro tiempo, adicto ya a los“ respiraderos” que propicia internet y de los cuales, mirados con lupa, de entre mucha haragana palabrería, pueden