ISBN 0124-0854
N º 171 Noviembre de 2010 aparato , ese exceso de oferta daña la capacidad de decidir bien sobre un solo libro . Y el tener muchos libros a disposición puede convertirse en un juego , como pasa con la música en los i- pod . No sucede esto con el libro que llevo conmigo , que es una sola oportunidad y en mí está el concluirlo o dejarlo , pero al menos fue una opción de tomar uno y ser capaz de encontrar múltiples oportunidades en ese uno .
Para quienes leemos en libros tradicionales , la nostalgia del libro está presente . A un solo libro le hemos logrado el mayor número de datos y de lugares ( leerlo en la cafetería , en la casa , en un vehículo ), de opciones de tejido social ( prestándolo ) y de sitio de trabajo ( acotándolo ). Además , hemos reconocido su valor , ya por su pasta dura o blanda , ya por las imágenes , la diagramación , el tipo de papel , etc . Los que nos consideramos buenos lectores tenemos un mundo alrededor del libro ( algunos lo llamarán manía ), que se anula con el formato electrónico , que contiene qué leer pero no es objeto , sino recipiente de textos .
Y si bien es cierto que hay gente ( estos consumirán el libro electrónico ) que ya no sabe que hubo máquinas de escribir o piedras de lavar , casas con patios , zaguán , solar y sótano , quienes todavía tenemos estos objetos y lugares en la memoria no caemos en la trampa de los animales de zoológico , que al haber sido criados en cautiverio no saben que hay praderas ni montes ni selvas , animales que persiguen o son perseguidos y mucho menos libertad . Y con esta memoria de un pasado pequeño burgués construimos la nostalgia del libro , que tiene que ver con otros espacios y vivencias , con más lenguaje y
por ello más mundo lento , que es el susceptible de ser entendido .
El libro electrónico ya es un hecho y no hay que esconder la cabeza en un hueco , como hacían los avestruces cuando todavía vivían en espacios propios de su hábitat y no en criaderos en los que aprovechan sus muslos para venderlos como jamones . El libro electrónico existe , pero ¿ quiénes serán los lectores de ellos ? ¿ Serán capaces de leer un libro clásico que habla de cosas que no existen para esos lectores y por ello las desprecian ? Creo que el lector tipo buscará su contemporaneidad , lo que es natural , y quizá , como ya pasa , admita que solo lo light es valioso y el resto hace parte del polvo y moho de la historia . Y es posible que suceda que esos espacios , logros , costumbres y usos que aparecen en los libros viejos no sean integrados al libro electrónico porque ya son insignificantes para el electro-lector . El soporte del nuevo libro llevará a nuevas lecturas y , seguramente , el mundo seguirá funcionando dentro de esos órdenes regidos por la tecnología . El pasado fue mejor sólo para quienes estuvieron bien acomodados en él ; para los demás es una calle oscura .
Los soportes cambian , pero también promueven unas resistencias interesantes , fruto de la nostalgia y el romanticismo , de otras maneras de pensar y de la defensa de la libertad , que no es masiva sino individual , como bien se sabe . De aquí que la llegada del libro electrónico no sea un elemento del fin de los tiempos , sino de la conclusión del lector tradicional y de los espacios de almacenamiento de libros ( bibliotecas ). ¿ Y cómo resistir a estas nuevas razones ? Creo que frente al libro electrónico aparecerán los clubes de lectores del libro tradicional , que se reunirán en sótanos o buhardillas y que ,