ISBN 0124-0854
N º 162 Febrero 2010
Los buenos negocios
Adrián Restrepo Parra
C omúnmente, el establecimiento y crecimiento de emporios empresariales no se asocia con la consolidación de redes del narcotráfico con alcance internacional. Tradicionalmente, hemos entendido que estos dos sectores son más bien opuestos y, de tener algo en común, sería su contradicción profunda en los valores y prácticas que cada uno, muy a su estilo, representa para la sociedad: legalidad el primero e ilegalidad el segundo. y sin ella, siguiendo en la vida práctica las consignas de las llamadas leyes del mercado.
En esa medida, los negocios más rentables son aquellos que entran y salen de la legalidad( o tuercen esa legalidad a su favor) porque tales giros reportan ganancia. Es decir, el negocio se rige por sus propias leyes, las del mercado, y menos por las leyes del Estado: la idea es ganar y hacerlo a toda costa.
Sin embargo, la distancia entre empresa y narcotráfico tiende a reducirse si lanzamos una mirada a la cultura típica de los negocios empresariales, estableciendo algunos parámetros de identidad entre empresa y narcotráfico, para comprender el surgimiento y la consolidación de una cultura mafiosa con una clara tendencia al empresarismo, ese riesgoso negocio de obtener ganancia per se, con legalidad
En esta dirección, los narcotraficantes, por ejemplo, obtienen lucro en la ilegalidad pero no abandonan la legalidad como posibilidad para mimetizar y aumentar la ganancia. En esta dinámica también entran ciertos sectores empresariales legales que ven una oportunidad de incrementar la ganancia al incurrir en la ilegalidad, bien sea porque reciben los dineros de los narcotraficantes o bien porque transgreden abiertamente la ley para