Agenda Cultural UdeA - Año 2010 DICIEMBRE | Page 8

ISBN 0124-0854
N º 172 Diciembre de 2010 decir que sean folclore, pero, ¿ por qué se manifiestan ahora y no se manifestaban antes? ¿ Acaso antes la clase media ni siquiera tenía una cacerola para hacer ruido? Seamos sinceros... Yo hablo de Argentina porque es el ejemplo reciente, pero finalmente parece que es tan fácil si la gente baja a la calle, con cacerolas o sin cacerolas. Es la exigencia ética, la responsabilidad, todo eso que es la obligación del ciudadano todos los días. Y no quedarse esperando que se sufra en los bolsillos para bajar a la calle con la cacerola. La cacerola tiene que ser otra cosa, pienso, para que no se llegue a la necesidad del cacerolazo.
Pero parece difícil generar un ciudadano tan activo, tan constantemente alerta y participativo …
Sí, eso es lo que hay que discutir. Lo que pasa en el mundo, la publicidad, el discurso político, el mensaje, todo trabaja para que ganen ellos y nos movilicemos sólo para comprar un coche. Pienso en cómo el sistema canaliza la energía de un ser humano, su imaginación, su capacidad creadora para convertirlo en un comprador. Cuántas transformaciones llegarían si toda esa energía se concentrara en mejorar el mundo...
De cualquier modo es cierto que en todas las épocas fue difícil movilizar a la gente, al margen de que existiera la TV y el sistema de propaganda.
Sin embargo, antes era más fácil, por buenas razones o por malas razones. Está claro que siempre, para movilizar miles y miles de personas se acude a una maquinaria de propaganda política que te pone, si quiere, un millón de personas en la calle. Pero no se trata de eso. No se trata de que yo me mueva porque me empujan. Yo tengo que moverme por mis propios motivos, por
mis propias razones, y la primera es la responsabilidad. Yo no puedo negar que tengo una responsabilidad, como ciudadano, como parte de una sociedad. ¿ O acaso lo único que sirve es tener y tener cada vez más? Por favor, recuperemos esta idea de que hay que aprender a vivir juntos.
¿ Es decir que otro fracaso de la democracia es que no pudo promover un sistema en el cual el ciudadano tenga una actitud más alerta y más participativa?
Y es por eso que llegamos adonde hemos llegado. Estamos en una situación en que una democracia, que según la definición antigua es gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, en esa democracia precisamente está ausente el pueblo.
Hace un tiempo, Jean Baudrillard sostenía que existe un pacto de simulación entre los gobernantes y el pueblo que es, más o menos, así: el primero dice“ dame tu voto y yo simularé que gobierno en nombre del interés general”, y el pueblo responde“ yo simulo apoyarte para que me libres del compromiso de ocuparme del bien común”.
Bueno, es evidente que hay un juego de mutuo engaño.
En ese sentido, ¿ le parece que el nuevo Foro de Porto Alegre abre alguna expectativa?
Abre todas las expectativas. Ahora, vamos a ver adonde llegará, porque mientras las cosas son expectativas está todo bien, y normalmente cuando ellas son expectativas esperamos lo mejor. Pero falta saber cómo se desarrollará, cómo crecerá, porque esto, un niño, es una expectativa, y el Foro de Porto Alegre es un niño. Los buenos deseos de los que quieren que el mundo cambie están puestos allí. Claro que el Foro de Porto Alegre no es un partido, no. Hay