ISBN 0124-0854
N º 158 Septiembre de 2009
Esto nos ofrece la segunda clave del hecho teatral : se trata de algo procesual , que solo tiene realidad mientras está funcionando . No es posible pensarlo como un producto acabado o como un texto que espera paciente la llegada de un lector / receptor para ser interpretado . Pongamos un ejemplo paradigmático de algo teatral en cualquier cultura , como el hecho de disfrazarse . Nadie se disfraza si no va a ser visto por otra persona . Uno se disfraza para exhibirse luego en un espacio público , donde la mirada del otro va a desencadenar el mecanismo de la teatralidad . Si un disfraz no exige la mirada del otro , ya no estaría concebido como un disfraz , sino como un vestido específico para una determinada circunstancia . Pensemos , por ejemplo , en la vestimenta de un cura cuando celebra una misa o de un profesional para desarrollar su trabajo , por ejemplo , la bata de un médico , en ambos casos el vestido tiene una función , ya sea de orden trascendental o práctico . En el caso del disfraz no hay ninguna otra función que el ser visto por otro . Ahora bien , entre estos dos casos propuestos , el del cura es más teatral que el del médico , porque si bien cada elemento de la ceremonia se justifica por su significado trascendental , el acto en sí de la ceremonia participa de la teatralidad en mayor medida que la labor del médico , justificada de manera intrínseca desde su rentabilidad práctica ; de ahí la importancia en el primer caso de la presencia del feligrés que acude a la misa y sin la cual el sentido del acto ritual sería dudoso .
El tercer elemento constituyente de la teatralidad es el fenómeno de la representación ; es decir , la dinámica de engaño o fingimiento que se va a desarrollar : el actor interpretando el personaje . Volviendo con el ejemplo del disfraz , pensemos en un caso concreto cuya indudable fuerza teatral le ha conferido un tratamiento cultural específico : el travestismo sexual , es decir , un hombre o una mujer se disfraza del sexo contrario . Retomando los elementos anteriores , acordaremos que nuevamente la mirada del otro es el punto de partida desde el que se construye la teatralidad . Un hombre se disfraza de mujer ; para ello tendrá que tener en cuenta el efecto que va a producir cada uno de los elementos de su atuendo en aquel que está mirando .