N º 154 Mayo de 2009
ISBN 0124-0854
N º 154 Mayo de 2009
Meira Delmar , plena de poesía
Por : Mario Escobar Velásquez *
En Barranquilla , ciudad de muchas arenas , reside Olga Chams , hija de libaneses residenciados acá desde principios de este siglo , y en la arenosa ciudad ha de quedar su arquitectura terrena cuando ya no sea sino espíritu , porque esa es la tierra a la cual ella ama .
Pocos la conocen por ese nombre de registro , porque desde pequeña decidió firmar sus poesías con el nombre , que haría más verdadero , de Meira Delmar , o Meira marinera , o Meira de sal y viento y ola y corales . Porque el mar , que puede ser terrible o dulce , amargo o placentero como los hombres , ha sido en suma el amado de esta sirena del mar .
Una parte muy importante de su obra está destinada a ese amado verde y líquido , que en la playa sonsonetea endechas mientras pule arenas y pedruscos . A ese manso ama . Al furioso como mil satanes , no . Lo desconocen sus versos .
Otra parte de la obra , a hondos amores desembocados en olvidos . Meira canta muy dulcemente a esas amarguras con versos impecables , con sonetos de una arquitectura de magia , de los cuales se escriben ya muy pocos en el mundo entero . Porque su dificultad arredra a todos . Sabe su poesía que los paraísos están hechos para ser perdidos : en esa razón anda su magia . Lo hermoso es lo breve . No saberlo , es lo que envenena la vida .
No es resignación : es entendimiento .
Cuando estuvo en un recital , en uno de los Martes del Paraninfo , vistió , como Atenea , algo entre peplo y nube . Pudo parecer levemente anacrónica , pero sólo hasta que alzó el brazo y disparó la flecha múltiple del verso . Entonces se hizo eterna , y tuvo la edad antigua del primer poema florecido de entre el hombre , y la juventud del más reciente . La eternidad es esa simultaneidad de los tiempos . En ella la belleza sobrevive por siempre , a pesar de las guerras y de los asesinatos , y de los demasiado ricos y de los muy pobres , y de la vejez y de la muerte , y de los desamores y los olvidos .
La voz ataba a los presentes con un lazo de oro : todos un haz .
Lo bello duele , es sabido , con dolores que uno agradece . Antes del dolerse deleitoso con la poesía de Meira , uno pensó en el Parnaso y en las “ nueve señoras ”: están él y ellas en todas partes en donde los versos suntuosos caminen con pies de música . Estaban ahí .
Cuando la voz cesó , y los aplausos se apagaron como alas cerradas , volvimos todos a ser mortales .