Agenda Cultural UdeA - Año 2009 DICIEMBRE | Page 7

ISBN 0124-0854
N º 161 Diciembre 2009
tarde muere prematura de nieve y de invierno, es posible que pierdas tu casa y su calor para siempre y termines siendo el último transeúnte de Boston que se cierra como una ostra y te devora mueca, dientes afilados de viento.
Cuatro pasos. Abres los ojos. La cortina blanca nunca existió.
Las luces se multiplican sobre el río, mientras la multitud llueve expresiones y miradas y movimientos; la gleba, los ricos nuevos, los intelectuales autocanonizados, todos marchan— parram parrarram— legión igual y monótona pensando, sin pensarlo, que camina con sentido de dirección. Y yo me acurruco en un rincón y me pregunto quién va a recoger los papeles y los papelitos, las servilletas engrasadas y los cartones de perro caliente con huevos de codorniz y las botellas de cocacola, los palillos de dientes y las harinas que explotan desde bocas atiborradas, y me pregunto para qué las luces si las van a volver a quitar y me pregunto cómo irán a ser el año entrante. Pero ya no estoy. No voy a estar. No estuve. ¿ A quién le importa? Me limpio las gotas de sudor y me agito como un gato mojado para escurrir el resentimiento. Tal vez pase un taxi vacío. Tiempo de milagros, ¿ no? Los amigos se fueron ya a cumplir la condena impuesta por mamás ebrias de compras, por papás borrachos de paternidad. Que se jodan los amigos y las mamás y los papás con sus maquinaciones desabridas.
La época. La sensación es la época misma, desdibujándome por dentro, alterando mi configuración para siempre. La tristeza de
Manuela Betancourt, El vuelo, tinta sumi sobre papel. haber esperado tanto tiempo por un regalo