ISBN 0124-0854
N º 144 Junio 2008
¿ Cuál es en este momento la gran ambición de su vida? Aprender a tocar el trombofolino.
¿ Cuál ha sido el mayor fracaso de su vida? No haber podido aprender a tocar el trombofolino.
¿ Si volviera a nacer, qué le gustaría ser? Un trombofolinista.
¿ De qué se siente orgulloso? De tener veinte años.
¿ Qué piensa de los celos? Que activan las funciones de las glándulas endocrinas, y reducen el bocio exoftálmico, fuera de que regulan la tiroides.
¿ Cometería por amor un crimen pasional? Desde luego: la cogería por el cuello con una mano. Con la otra le metería trapos en la boca para que no gritara. La llevaría al sótano y la torturaría durante tres días. Después la picaría en pedacitos y me los comería.
¿ Con quién le gustaría encontrarse en el infierno? Con los nadaístas.
¿ Con quién no le gustaría encontrarse en el cielo? Con Álvaro Cepeda Samudio.
¿ Qué hará en el siglo
XXI, si está vivo? Gastarme todo el dinero que me gané en el siglo
XX.
¿ A qué personaje le hubiera gustado hacerle un retrato? A Jesucristo, ese gran poeta judío.
¿ Qué valor tiene para usted la soledad? Una mujer de treinta pesos.
¿ En qué radica para usted la importancia del nadaísmo? En que agrupa lo mejor de la vanguardia intelectual y artística del país.
¿ Cómo definiría la pintura nadaísta? Un cierto delirio plástico, sádico-morbosoy-masoquista.
¿ Usted por qué“ se convirtió” al nadaísmo? Porque no creía en nada. Ahora creo en mí.
¿ Qué esperanzas pone en el nadaísmo? Ninguna. El nadaísmo es el que tiene puestas sus esperanzas en mí.