Agenda Cultural UdeA - Año 2007 OCTUBRE | Page 16

ISBN 0124-0854
N º 137 Octubre de 2007 tanto vegetales como animales. Gracias a estas experiencias, hace unos 7.000-6.500 años, junto a especies silvestres de tubérculos( géneros Xanthosoma, Dioscorea, Manihot), árboles frutales y calabazas, entre otras, se inició el cultivo de maíz y la yuca, especies claramente domesticadas que desde entonces estructuran los sistemas agroecológicos de los pueblos amerindios. Con ellas es posible establecer, sin mayores dudas, las prácticas agrícolas que hace unos 3500 años se extendieron a la mayor parte de las regiones del trópico. Con la generalización de la agricultura, los cultivos se constituyeron en la principal fuente de alimentos y en el soporte del orden social y cultural de las sociedades precolombinas. En el medio natural, los efectos de la agricultura se proyectaron principalmente en el incremento de la biodiversidad de los bosques, a tal punto que hoy puede decirse que los bosques tropicales son un producto cultural, cuya biodiversidad fue resultado de las intervenciones originadas en la tumba y quema de la vegetación para preparar los campos de cultivo, pero también a la rotación de cultivos y de las áreas destinadas a la siembra. Los efectos negativos de la agricultura se presentaron en la activación de procesos erosivos por efecto de la tumba y quema de la vegetación para preparar los campos de cultivo. Sin embargo, estos efectos en ningún momento comprometieron la viabilidad de los ecosistemas intervenidos, ya que, pese a la intensidad que esta actividad
alcanzó en algunas regiones con el desarrollo de campos de cultivo permanentes, el manejo agroecológico permitió la regeneración del bosque y de los suelos.
El modelo agrícola colonial
Con la conquista española, la mayor parte de las tierras explotadas por los indígenas fueron abandonadas y el bosque tropical se desarrolló de nuevo en ellas. La ocupación colonial se basó en un nuevo modelo de producción: la tala de los bosques para crear potreros para ganadería extensiva, o grandes campos de monocultivos permanentes, cuya productividad, basada en el uso de abonos e insecticidas sintetizados químicamente, es responsable de los efectos ya conocidos: entre otros, eliminación permanente del bosque, erosión intensiva, agotamiento e incremento de elementos tóxicos en los suelos, las fuentes de agua y el aire. En este panorama, los modelos agroecológicos desarrollados desde remotos tiempos precolombinos, y que pese a la reducción de las tierras cultivables aún se practican entre los pueblos indígenas de Colombia y otros países, constituyen una alternativa para buscar la reducción de los impactos negativos de estas actividades.
Fuentes bibliográficas: Aceituno, F. J.“ Interacciones Fitoculturales en el Cauca medio entre el Holoceno temprano y