ISBN 0124-0854
N º 137 Octubre de 2007
Como señala el informe Stern, los pobres son, como de costumbre, los más vulnerables. Una tercera parte de Bangladesh quedará sumergida al final de este siglo. Las islas Maldivas y un gran número de Estados insulares del Pacífico desaparecerán: nuestra Atlántida del siglo XXI.
Para un economista como Stern, el problema resulta evidente: los contaminadores no están pagando el costo completo del daño que causan. Los países avanzados podrían no querer causar daño alguno a Bangladesh y a las islas que desaparecerán, pero ninguna guerra podría ser más devastadora.
Finalmente, la gestión pública y estatal es uno de los instrumentos útiles para la promoción de comportamientos ambientales adecuados, junto con la comunicación, la educación y la participación; así mismo, contamos con fórmulas como la implantación de nuevos sistemas organizativos( de gestión ambiental, de gestión participativa, entre otros), construcción y difusión de nuevos modelos( proyectos piloto, buenas prácticas, etc.), uso de herramientas económicas y financieras, promulgación de normas, o intervenciones en el campo de las infraestructuras. Muchas de estas herramientas pueden reforzar su potencial transformador aplicándose de forma coherente y conjunta.
Qué podemos hacer en forma individual
En pocos casos la contribución personal a la resolución de un problema ambiental puede ser percibida como algo tan insignificante como ocurre con el cambio climático. ¿ De qué sirve dejar el carro en casa o acometer reformas en nuestro hogar para mejorar su eficiencia energética, si estas medidas no son seguidas por la mayoría? La percepción de la acción individual como insignificante resulta ciertamente paradójica, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero están repartidas entre millones de fuentes, y es la suma de esa infinidad de fuentes la causa de los problemas. Y aunque, ciertamente, no podemos equiparar el escape de un automóvil privado a las chimeneas de una gran siderurgia, actuar sobre las causas del problema supondrá también cambiar esos millones de comportamientos personales que generan las emisiones.
Lo cierto es que la percepción de la insignificancia de la acción individual nos lleva a esperar a que otros actúen primero, antes de realizar sacrificios individuales considerados como importantes. Pero se haría mucho si cada uno se concientizara de que la responsabilidad del calentamiento global, a pesar de ser atribuible en gran porcentaje al uso indiscriminado de combustibles fósiles, también nos incumbe. Si en nuestras actividades diarias revisáramos y realizáramos