Agenda Cultural UdeA - Año 2006 OCTUBRE | Page 15

ISBN 0124-0854
N º 126 Octubre de 2006
El segundo lugar fue para La luna y la ducha fría, de Víctor Gaviria, quien ya había ganado el Premio de poesía Eduardo Cote Lamus y empezaba a conocerse como escritor; pero entonces, hacía poemas repletos de imágenes, como con la ilusión de que alguna vez fueran vistos en una pantalla, en lugar de ser leídos en las páginas de un libro.
Era el último año de la década de los setenta, el país vivía cosas muy nuevas, la izquierda empezaba a perder su horizonte, los poetas se peleaban, mientras la modernidad en el mundo entero llegaba a su fin:
Universidad de Antioquia, al menos en lo que se refiere a su primera versión. Aunque el mensaje, sin lugar a dudas era, o es, oscuro, muy al contrario de la extrema concentración de Stéphane Mallarmé, quien buscó“ en la analogía del plano humano los designios que mueven al universo”, Rubén Vélez no se aleja del suceso trivial y cotidiano tal como lo sugería Marcel Duchamp, muerto apenas algo más de diez años antes de que apareciera“ El Marqués de la Humareda” con su Turismo irregular, y por quien las artes de la modernidad habían llegado ya a la fragmentación total.
Al graznido escuchado al borde
De la estrecha carretera
Cuando los rostros afilados de los hombres
Miran al cielo con ojos llenos de asombro,
La noticia se propaga por ensalmo:
La señal de los cuervos
Anuncia …
( Juan Manuel Roca, Señal de Cuervos)
La inclusión de Turismo irregular entre los libros premiados fue, a mi modo de ver, lo mejor del Premio Nacional de Poesía
Pero los tiempos nuevos traerían también una mayor libertad expresiva, sin los rencores y fogatas del fin de la modernidad. Esa transición, que dejó de paso muchos nombres nuevos para las letras nacionales como fue el caso de Jaime Alberto Vélez o de Orlando Gallo, por ejemplo, la ha vivido el Premio Nacional de Poesía que, desde sus primeras ediciones, premió por Reconocimiento la obra de los poetas consagrados, el primero de ellos Álvaro Mutis, y por Concurso a los jóvenes que incursionan en su propia interioridad, braceando con la poesía, en este mundo que avanza hacia ficciones insospechadas. Pero, en conclusión, como lo diría José Manuel Arango, uno de los mejores Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia:“ Otra vez, esta noche, sentados a la mesa …”.