ISBN 0124-0854
N º 111 Junio 2005
P r e s e n t a c i ó n
Setenta años de su muerte se cumplen el 24 de junio. Y aún su recuerdo permanece tan vivo como cuando cautivó al público, vestido de frac, al interpretar Mi Buenos Aires querido. Es curioso pensar que, después de tantos años, el mito de Carlos Gardel continúe vigente. Es cierto que ya no se escucha el tango como antes, y que los jóvenes no tienen este ritmo entre sus preferidos, pero también lo es, que desde que Argentina entró en crisis económica y volvió a hablarse del turismo, los bonarenses dieron un nuevo aire a la que fuese quizás una de sus más distintivas características: el tango. Escuelas de baile aparecieron por doquier en 8uenos Aires, y no tardaron en replicarse en muchos otros lugares. Tal es el caso de Colombia, en especial de Medellín donde, se conservan algunos " templos " de esta música, y se ha popularizado la enseñanza del bello baile que acompaña letras y melodías de antaño. Quizás las semejanzas entre los hombres de Argentina y los de Medellín, la galantería y la bravura, se sumaron para que nuestra ciudad fuera la casa del tango en Colombia durante muchos años. Tanto así que, en la época gloriosa del barrio Guayaquil, cuando el lugar estaba lleno de bares, hoteles y restaurantes para atender el comercio( 1920-1980), muchos pasaban días enteros aliado de una rocola escuchando al Zorzal Criollo. Y quizás también influyó que Medellín fuera el lugar donde falleció el gran ídolo. Homenajes a Gardel hay muchos en Medellín: el museo Casa gardeliana, en Manrique, sitio de encuentro para los amantes del tango que recoge valiosos recuerdos; el Patio del Tango, donde el dueño interpreta hermosas canciones mientras los clientes, ya asiduos del lugar, bailan; la Plazoleta de Gardel, cerca al aeropuerto donde falleció, y otros más. Esta edición de la Revista Agenda Cultural Alma Máterrecoge un poco del tango, de lo que representó para Colombia, de sus orígenes y protagonistas. Cultura cantada.