ISBN 0124-0854
N º 113 Agosto 2005 habitantes de los ranchos( en la versión de pobreza rural de México y de pobreza urbana de Venezuela o Colombia)? Se saben ante otro episodio de la infinita cancelación de alternativas que constituye su vida, ante otra exclusión colo • sal. liNo se podrá vivir sin conectarse a la redil, reza el nuevo proverbio. Hoy, el20 por ciento más rico de la población mundial acapara el 93,3 por ciento de los accesos a Internet, frente al20 por ciento más pobre, que apenas dispone del 0,2 por ciento de las líneas. En el siglo xx la vida latinoameri • cana ha consistido en gran parte en la resistencia a la alternativa única, que extingue opciones con ferocidad. Hoy, cuando las alternativas se concretan, el derrumbe de las economías amenaza con destruir, o destruye en efecto, mucho de lo avanzado. Los procedimientos de la televisión le devuelven a la sociedad el carácter homogéneo de que tan peno • samente se había desembarazado, las promesas de la glo • balización se estrechan y se concentran monopólicamente, lo que se excluye se disemina por doquier y lo que incluye apenas sobrevive. Y las antiguas quejas y los lamentos proverbiales ya no operan, disueltos
en la ironía posmoderna. Ante las devastaciones, algunas certezas pero manecen, todas ellas correspondientes a los grandes cambios positivos. No las difundo ahora para no oponerme al esplendor del pesimismo.
Carlos Monsiváis,
Aires de familia. Cultura y sociedad en
América Latina.