Agenda Cultural UdeA - Año 2003 SEPTIEMBRE | Page 21

ISBN 0124-0854
N º 86 Febrero 2003 innegable el interés que poseen los estudios emprendidos por Eugenio Barba en torno al comportamiento teatral en diferentes culturas, principalmente orientales, lo que ha permitido establecer algunas hipótesis sobre posibles leyes de la gestualidad y el movimiento humano en situaciones de representación. De aquí se han derivado aplicaciones al terreno de la técnica del actor, que en la actualidad intentan teatristas de las más diversas latitudes. Otra búsqueda de base antropológica que, independientemente de su tendencia estética, ha realizado aportes en el orden técnico, la lleva a cabo desde hace años el Roy Hart Theatre, que centra sus indagaciones en la voz humana y su empleo teatral. Ahora bien, creo que se trata de una corriente que debe ser enfrentada con una visión crítica, por varias razones. En primer lugar, existe el riesgo de asumir la óptica antropológica despojándola del imprescindible prisma histórico. Por ahí penetran las nostalgias arcaizantes o el mitificador " viaje a los orígenes " que ya una vez debilitó al teatro chicano. Está en manos de los teatristas latinoamericanos no fabricar artificialmente una brecha entre lo político y lo antropológico. Esta tarea la podemos dejar a otros, que tienen mejores razones culturales e históricas que nosotros para desconfiar de toda vía política. Está en sus manos lograr que nuestra representación de la salvación humana, de la utopía, tenga rostro propio, sin
que por esto nos neguemos al intercambio con un mundo en el que nuestra voz puede ser un elemento enriquecedor, capaz de sonar con paridad de derechos. El teatro latinoamericano, que no presenta signos de agotamiento sino, por el contrario, de apreciable vitalidad, tiene su vía de desarrollo en esta variedad de caminos de creación que reflejan la existencia de realidades cambiantes, muy dinámicas y cada vez más complejas en todas las esferas de la vida latinoamericana. En la medida en que este polifonismo sea enfrentado sin prejuicios ni diletantismos, podrá la creación teatral del continente, en esta nueva etapa que parece iniciarse, seguir realizando una contribución sólida a la cultura latinoamericana toda, entendida en su sentido más ancho; podremos, los hombres y mujeres de teatro de este lado del mundo, encontrar vías propias de expresión capaces de recoger las esencias verdaderas de una identidad cultural que nos marca y de la que, al mismo tiempo, somos creadores.
NOTAS( 1) Carlos José Reyes: ' Presencia de Brecht en la América Latina ', Conjunto, n. 71, enero-marzo 1987, p. 23.( 2) Juan Carlos Moyano: " La circunstancia estética del teatro callejero ', Conjunto, n. 69, julio-sept, 1986, p. 7.( 3) Jorge Vargas Echeverry: El teatro de las nuevas tendencias; algunas consideraciones, Bogotá, junio 19 de 1986( mimeografiado.)