ISBN 0124-0854
N º 89 Junio 2003 destino: brujas
Brujas, Bruges o Brugge es un rincón del pasado que permanece intacto en la Bélgica de hoy, lo que la ha convertido en una de las más famosas y visitadas ciudades europeas. Fue fundada en el siglo IX por vikingos que decidieron establecerse allí, al final del río " de Reie ". A diferencia de lo que muchos piensan, el nombre Brujas viene de una vieja palabra escandinava, Bryggia, que significa puerto. Debido a la cercanía con el mar del norte, a través de un canal llamado Zwin, el asentamiento pronto se convirtió en un muelle importante. En el siglo XII ya se había construido la primera barrera de contención en la ciudad, pero el canal comenzó a filtrar y Brujas se adaptó creando
puertos internos. Dos siglos más tarde, esta ciudad se convirtió en un centro comercial. De todo el mundo venían personas a la ciudad para vender productos y comprar ropa belga, reconocida como un producto de alta calidad.
La riqueza se extendió por la ciudad. Sin embargo, en el siglo XV, la competencia creció y la actividad comercial se redujo.
Pero los efectos no se manifestaron de inmediato. Enormes edificios e iglesias de estilo gótico se siguieron construyendo hasta que al finalizar el siglo XVI la gloria se convirtió en pasado.
Fue el siglo XX el que trajo nueva vida. La ciudad abrió sus puertas al turismo y esa herencia medieval, olvidada hasta entonces, se convirtió en la nueva fuente de ingreso de la que es conocida como la " Venecia del norte ". Se construyó además un nuevo puerto, Zeebrugge, y Brujas renació. Desde Inglaterra, muchos viajan en la mañana a comprar quesos, panes y vinos a Brujas, dan un paseo por sus calles, almuerzan en una casona de varios siglos atrás, y regresan en la tarde. Igual desde otras ciudades de Bélgica e inclusive de las más cercanas de Holanda. y es que esta pequeña ciudad, con calles formadas por el río y edificios de la Edad Media, tiene el encanto de un lugar sacado de los cuentos de hadas... o mejor, de brujas.