ISBN 0124-0854
N º 91 Agosto 2003 permaneció al frente del Teatro del Parque. Cuando él se retira. empiezan a irse los demás. y a poblar el escenario unos seres extraños al mundo de las marionetas. Los muñecos fueron llevados a un depósito en Paloquemao. Allí no sólo se los comieron los ratones. sino que hubo un incendio que carbonizó a muchos. Surge más adelante interés en ellos. y son restaurados. pero antes de salir a escena. nuevamente caen en el olvido. Es una historia que a fuerza de repetirse. ha dejado con vida sólo tres muñecos.( 3) De la politizaclón al adelanto en la técnica Llegan los años sesenta. El arte se politiza y los títeres no escapan a esta influencia. Los muñecos hablan ahora de lo que le pasa a la gente. Los titiriteros presentan sus obras en barrios populares. en escuelas, en veredas. Recorren las regiones más apartadas. Surge la conciencia más generalizada de que el títere necesita salir del salón y de la fiesta infantil y moverse para alimentarse. Quienes vivieron esa época recuerdan a Jairo Aníbal Niño. con los títeres de Juan Pueblo en Medellín. Juan Pueblo se dedica a recorrer el país. Llega a una asamblea en itagúi. Son cientos y cientos de trabajadores de la industria textil. En el orden del día hay un espacio para los muñecos de Juan Pueblo. Luego van a una huelga siderúrgica y después a Amagá. Allí están peleando por el carbón. Los muñecos de Juan Pueblo montan cuentos sobre el carbón. Alicia en el espejo. La gente de Amagá se mira en el reflejo de esa historia que les están contando los muñecos. Fueron
títeres de calabaza, de estropajo, de trapo. Era tan fuerte el reflejo, que los personajes de ficción encarnaban a los eersonajes de la vida real, con nombres y apellidos. os espectadores se sentían tan dentro, que varias veces terminaron dándole garrotazos al muñeco que hacía de malo. Con el actor iban el juglar, el músico y el cantor. Interpretaron la música popular, la que escuchaban cuando marchaban por el camino. Montaron corridas de toros y peleas de boxeo. " Una vez, en Barranquilla, el héroe era Kid Pambelé. Combatió como muñeco todos los combates y los ganó todos, por supuesto, por nocaut técnico. En el décimo asalto teníamos que prolongar esa pelea por la emoción. Cuando finalmente ganó Pambelé, los niños, que estaban en un patio viendo el espectáculo, se levantaron como movidos por un resorte y cantaron el himno nacional "( 4). Durante este tiempo, Juan Pueblo recreó la tradición oral, presenciando ese instante en 9ue se rompen las fronteras entre la oralidad y la iteratura escrita. ¿ Qué pasa hoy por hoy? tn los años setenta se formaron muchos de los grupos que existen actualmente. Después de toda la experimentación desde el punto de vista técnico, algunos grupos confluyen en la búsqueda de un lenguaje propio. Ya no se trata de quedarse en las diferentes maneras de mover el muñeco; los grupos consolidados presentan una propuesta estética que tiene que ver con la exploración del lenguaje propio de los títeres. En Colombia apenas algunos han logrado sobrevivir. También han sido pocos