Agenda Cultural UdeA - Año 2002 NOVIEMBRE | Page 22

ISBN 0124-0854
N º 84 Noviembre de 2002

La guerra

inútil

Andrés García Londoño *
na de las menos pensadas y más trágicas características de la guerra en Colombia es que se puede estar peleando por un cofre de baratijas , que los hombres y mujeres que caen destrozados por las balas pueden estar muriendo por un cheque sin fondos .
Para entender este planteamiento es necesario primero despojar la guerra de todo disfraz ideológico y encontrar su motivación fundamental a lo largo de la historia humana : la posesión de un territorio . Sin
importar si se peleaba con cañones o con flechas , independientemente del sistema político de los adversarios y de sus modelos económicos , desde el hombre de Neandertal hasta los ejércitos napoleónicos pelearon por la posesión de la tierra y sus recursos . A veces , como en el caso de las Cruzadas , la lucha no se hacía tanto por la utilidad material del territorio , como por su importancia simbólica para un grupo determinado . Pero inclusive en tales casos lo que se buscaba era lo mismo a fin de cuentas : ser propietarios de un pedazo de tierra . La soberanía vendría a ser entonces el reconocimiento por parte de otros de que un grupo determinado es dueño de un territorio .
El problema es que los tiempos han cambiado y cambiarán todavía más . A pesar de que aún hoy , a comienzos del siglo XXI , haya algunos productos privilegiados que todavía merecen el gasto de una guerra para los países del primer mundo ( las reservas de petróleo de los países del medio oriente , por ejemplo ), el concepto de la lucha armada por un territorio y sus recursos ha ido perdiendo fuerza . Quizá la transición más obvia se encuentra en el concepto de “ importancia geopolítica ”, tan explicativo de la guerra de Vietnam . Visto desde la mirada del siglo XIX resultaría imposible explicar por qué una nación poderosa y rica como los Estados Unidos permitió que 60.000 de sus soldados murieran por la posesión de una tierra mucho más pobre que el país natal , sólo