Agenda Cultural UdeA - Año 2002 NOVIEMBRE | Page 20

ISBN 0124-0854
N º 84 Noviembre de 2002

Grandes momentos en pocas palabras

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uando el 5 de octubre de 1762 se estrenó en Viena la ópera Orfeo ed Euridice, su autor, Christoph Willibald. Gluck, apareció a los ojos de todo el mundo como un músico revolucionario. En efecto, Odeo ed Euridice se diferenciaba en muchos aspectos de las óperas serias que entonces se representaban. Hacía ya unos años que este tipo de ópera estaba amenazado por el rápido avance de la ópera bufa que, con su sencillez y vivacidad, había logrado conquistar al público. La crisis de la ópera seria se debía principalmente a los argumentos, apoyados casi siempre en hechos mitológicos o históricos contados con un lenguaje innecesariamente retórico. Gluck comprendió que había llegado el momento de romper con la tradición y encontró en Ramero de Calzabigi( 1714-1795) un poeta capaz de adaptar se a sus exigencias.
Odeo ed Euridice fue la primera ópera nacida de la colaboración entre Gluck y Calzabigi. Aun basándose en un tema mitológico muy conocido, la trama fue simplificada y los personajes reducidos a tres. Por otra parte, siguiendo la pauta marcada por la Ópera francesa, el coro y el ballet se integraron en el argumento. Además, Calzabigi sustituyó el pomposo lenguaje rococó por unos atractivos versos de clara dicción que permitían prescindir del fastidioso bagaje de ornamentos vocales, trinos y virtuosismos tan queridos por los cantantes de la época. Estas modificaciones dieron flexibilidad a las formas que habían predominado hasta entonces. El aria da capo, tan característica de la ópera italiana, se convirtió en un elemento secundario estrechamente vinculado a la acción dramática. y el recitativo seco fue sustituido por un recitativo acompañado por la orquesta.

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os años comprendidos entre 1851 y 1853 fueron particular mente importantes en la vida de Giuseppe Verdi. Este período de feliz inspiración vio