Agenda Cultural UdeA - Año 2002 JUNIO | Page 26

ISBN 0124-0854
N º 79 Junio de 2002
orientación
sexual
del
individuo.
El
movimiento
continúa:
actualmente
está
cursando el proyecto de Ley
085 de 2001 ante el Senado,
por el cual se reconocen las
uniones de parejas del mismo
sexo,
sus
efectos
patrimoniales
y
otros
derechos.
A pesar de esto, aún son muchos los homosexuales y travestis víctimas de abusos físicos y mentales en sus hogares, el trabajo y la calle.
Fotografía de Antonio Betancur
Y es que la gente le teme a todo aquello que desconoce: al fin y al cabo evolucionamos como seres gregarios con un fuerte sentido de grupo. Sin embargo, después de cientos de miles de años, ya es hora de dejar de lado temores irracionales; una forma de
lograrlo es la educación de la población en general respecto al orgulloso movimiento homosexual.
Salir del clóset: ¿ Por qué, cómo, cuándo y ante quién?
" El clóset sólo es bueno para guardar la ropa "
Es en la adolescencia cuando sentimos ese despertar hormonal que cambia nuestro cuerpo y que con mayor
dramatismo provoca cambios en nuestra manera de apreciar el mundo, de relacionarnos con nuestros seres amados, de ver aquellas personas que hemos convertido en objeto de nuestro afecto. Y algunos, justo en esa etapa, sentimos interés por individuos de nuestro mismo sexo. Otros,
por diversas razones, son conscientes de la propia homosexualidad más tarde en la vida.
Sin importar la edad en la que se dé esta concienciación, es en ese momento cuando nos sentimos alienados, diferentes y, sobre todo, asustados de que nos descubran( exceptuando a aquellos afortunados que tienen un modelo homosexual cercano, amado y respetado por la familia). Muchos empezamos una forma de vida que gira en torno a evitar ser descubiertos, y las artimañas para tal efecto son muchas, dependiendo del grado en que vivamos nuestra vida homosexual, de qué tanto estemos metidos en el " ambiente ". Al principio nos permitimos disimuladas miradas a nuestros amigos; en las escenas de sexo de las películas no nos entretenemos precisamente con la actriz; inclusive podemos llegar a enamorarnos platónicamente de algún compañero de estudio. Posteriormente cambiamos el género de los pronombres en nuestras conversaciones telefónicas y mantenemos en secreto nuestros sitios de rumba favoritos. Pero no tenemos la misma oportunidad de explorar nuestra sexualidad como lo haría alguien heterosexual. Generalmente es a escondidas, sin nadie a quien pedir consejo, y lo que