ISBN 0124-0854
N º 75 Febrero de 2002 editorial
D
esde que Tomás Moro escribiera Utopía en 1516 , la palabra que ideó para dar título a su libro se ha usado para describir al gobierno ideal . La búsqueda de los creadores de utopías consiste en desarrollar un modelo de sociedad donde no existan los males que afectan la convivencia humana y que plagan la sociedad , como son la pobreza , la injusticia , la explotación del hombre por el hombre , y tantos más . Pero también la misma palabra , “ utopía ”, se ha usado para describir un ideal imposible . Se dice de alguien que es “ utópico ”, cuando propone una meta tan alejada de la realidad presente , que resulta poco menos que inalcanzable . Allí yace la dicotomía que hace de la utopía un concepto tan interesante : por un lado busca la perfección , por el otro está muy alejada de la realidad . Y eso nos motiva a buscar acercar los dos extremos : el ideal y el real . Las grandes transformaciones sociales de la humanidad durante los últimos tres siglos han significado en gran medida el intento de acortar la distancia , de acercarse un poco más a ese mítico gobierno perfecto . Aun así , la Historia ha demostrado que la cautela no está de más , pues la utopía puede fácilmente transformarse en pesadilla , cuando su luz es tan brillante que nos ciega y no nos deja ver lo que sucede ante nuestros propios ojos . La búsqueda básica de toda utopía auténtica yace en dos preceptos : la justicia y la verdad ; cuando una u otra son traicionadas , es el comienzo del fin de la utopía . Ese momento en que se descubre cuán alérgicas son las utopías ante la realidad . Quizás por eso en el siglo XX – el que más horrores ha producido en nombre del cambio social – se inauguró otro género : la distopía . Exactamente lo contrario a la utopía , la distopía es una visión del futuro con olor a pesadilla , ejemplificada por las terribles visiones de autores como Orwell , Huxley y Zamyatin .
En cuanto a este milenio que apenas comienza , no parece ser un tiempo propicio para la utopía . Según algunos , la Historia ha acabado ya , por lo que la democracia representativa y la economía de mercado son los mejores sistemas que podremos tener nunca , a pesar de que el hambre , la pobreza y la injusticia continúen prosperando entre nosotros . Al respecto , quizás sea bueno recordar una frase de Winston Churchill : “ La democracia no es una solución perfecta , pero es la menos mala .”