Agenda Cultural UdeA - Año 2002 ABRIL | Page 6

ISBN 0124-0854
N º 77 Abril de 2002 cohetes, con las bombas de virus, con los campos de prisioneros, con todo.
Así, la continuidad de las guerras de aniquilación se ha hecho permisible. Cada adversario tiene su DRU, cada bando es totalmente destruido, y luego totalmente reconstituido, todo ello primero en semanas, luego en días, luego en horas, luego hoy, en el apogeo definitivo, en milésimas de segundo. Aún hay quienes no se acostumbran a estas ciudades relampagueantes, que mil veces mueren y mil veces renacen en un segundo, aún hay quienes sienten un recóndito espanto al saber que la persona que levanta una cucharilla de sopa no es la misma que la beberá, al saber que entre la una y la otra median mil apocalipsis y mil génesis excesivos, que no hay continuidad del yo, que lo que creemos ser en este instante es un fantasma, un pavoroso e infinito remedo de otro fantasma, incesantemente reintegrado en este parpadeo y fulminación de la muerte que es casi una vida. Los fanáticos, proponen detener la guerra y dedicar el DRU, no a reconstituir incesantemente la miseria de los hombres, sino a remediarla. Los fanáticos, antes, proponían no construir armas, sino herramientas, no producir cartuchos, sino pan. Yo, propongo que, a los fanáticos, el DRU no los reconstituya. Yo, que entre este tic del reloj y este tac último, que entre esta
palabra y esta otra, mil veces he sentido el soplo del hidrógeno, la sensación, que ya no es sensación, de ser desintegrado, convertido en la luz que es más que la luz, en el calor que es más que calor, en el copo deslumbrante y aniquilador de la tiniebla.
esurrección
Problemas inauditos causados por el progreso de la época. Todo hombre puede ser duplicado a partir de su código genético. Toda célula de un hombre contiene la copia de su código genético, de allí que se ha emprendido la tarea de reconstruir hombres geniales a partir de uno que otro despojo: una astilla del fémur de Zola, unas células epiteliales recuperadas del clave de Mozart, el frontal del cráneo de Bach, tardíamente encontrado en la catedral de Leipzig. Ahora piensen ustedes en un mundo poblado