Agenda Cultural UdeA - Año 2000 NOVIEMBRE | Page 4

ISBN 0124-0854
N º 62 Noviembre de 2000 constantemente, pero sus deseos de ser un gran compositor lo animaron a continuar con su preparación en el extranjero.
En 1921 viajó a París donde encontró a Nadia Boulanger, una brillante profesora de armonía, quien poseía, según Copland, dos grandes cualidades: un inmenso amor por la música y una gran habilidad para conseguir que sus alumnos confiaran en sus propias facultades creadoras. A diferencia de Goldmark, Nadia simpatizaba con los nuevos experimentos que se realizaban en todo el mundo. Sentía gran interés tanto por Beethoven y Brahms, como por Moussorgsky y Stravinsky. Para Copland, estudiar al lado de esta valiosa mujer significó una de las experiencias musicales más importantes de su vida, por el mismo motivo que hizo que su influencia musical se percibiera en muchas composiciones de creadores norteamericanos.
Durante los tres años en que Copland permaneció en París, se sintió estimulado intelectualmente por Stravinsky, Ravel, Picas so y Hemingway; conmovido por muchas obras, entre las que se destacaron los ballets rusos; y atrapado por todo lo que le ofrecía la ciudad más sugestiva del mundo en la década de 1920. Copland, audaz, entusiasta y confiado, colmado de ideas musicales e interesado en el jazz norteamericano, comenzó a producir música con arreglos vanguardistas, la que ha logrado permanecer en el tiempo y se ha ganado el reconocimiento de la crítica especializada que explica que gran parte del éxito se debió a su inteligencia, a su decisión y a su gran habilidad para alcanzar las metas propuestas.
Al principio, Copland compuso música polirrítmica que utilizaba elementos de jazz. El ballet Grohg, su primer ensayo en el terreno orquestal, más tarde convertido en la Dance Symphony, pertenece al período de 1925, al igual que las obras Music for the theater y el Concierto para piano. En 1927 abandonó el jazz y se orientó hacia una forma de expresión totalmente diferente. Con obras como las Variaciones para piano( 1930), la Sinfonía Breve( 1933), más tarde reducida a un sexteto, y los Statements para orquesta( 1935), Copland se convirtió en el líder de la nueva escuela norteamericana.
Estas nuevas composiciones son partituras disonantes, intensas y abstractas en las que el esquema y el ritmo cobran mayor valor que la melodía. En ellas se manifiesta una mente vigorosa que juega con todos los elementos musicales. Para Copland, la ejecución de esta música era una tarea difícil, más compleja cuanto más consciente era de lo que representaba para muchos entenderla, debido, tal vez, al carácter de intelectual y de poco grata, asignado por sus detractores. Durante esta etapa Copland empezó a sentir que el público para la música moderna disminuía, y que el restante seguía mostrándose apático a todo lo que no fueran los clásicos consagrados. A pesar de lo anterior, los elementos de su estilo se insinuaban en las obras de muchos compositores norteamericanos.“ Era la época en que todos deseaban ser‘ modernos’, y Copland fue el más moderno de todos los norteamericanos”.
Consciente del riesgo que corría, experimentó con formas musicales más simples, lo que lo condujo de un estilo abstracto a uno más popular. Así nació la música con la cual Copland es más reconocido y apreciado: The Second