Agenda Cultural UdeA - Año 1999 JULIO | Page 3

ISBN 0124-0854
N º 47 Julio de 1999

Discurso de Jorge Luis Borges en el Premio Cervantes 1992

Majestades, señoras y señores: El destino del escritor es extraño, salvo que todos los destinos lo son; el destino del escritor es cursar el común de las virtudes humanas, las agonías, las luces: sentir intensamente cada instante de su vida y, como quería Wolser, ser no sólo actor, sino espectador de su vida; también tiene que recordar el pasado, tiene que leer a los clásicos, ya que lo que un hombre puede hacer no es nada, podemos simplemente modificar muy levemente la tradición; el lenguaje es nuestra tradición. El escritor tiene una desventaja: el hecho de tener que operar con palabras, y las palabras, según se sabe, son una materia deleznable. Las palabras, como Horacio no ignoraba, cambian de connotación emocional, de sentido; pero el escritor tiene que resignarse a este manejo, el escritor tiene que sentir, luego soñar, luego dejar que le lleguen las fábulas; conviene que el escritor no intervenga demasiado en su obra, debe ser pasivo, debe ser hospitalario con lo que le llega y debe trabajar esa materia de los sueños, debe escribir y publicar, como decía Alfonso Reyes, para no pasarse la vida corrigiendo los borradores, y así trabaja

Jorge Luis Borges( 1955). Tomada de BORGES. Esplendor y derrota.
durante años y se siente solo, vivo en una suerte de sueñosismo; pero si los astros son favorables,-uso deliberadamente las metáforas astrológicas, aunque detesto la astrología- llega un momento en el cual descubre que no está solo. En ese momento que le ha llegado, que le llega ahora, descubre que está en el centro de un vasto círculo de amigos, conocidos y desconocidos, de gente que ha leído su obra y que la ha enriquecido, y en ese momento él siente que su vida ha sido justificada. Yo ahora me siento más que justificado, me llega este premio, que lleva el nombre, el máximo nombre de Miguel de Cervantes, y recuerdo la primera vez que leí El Quijote, allá por los años de 1908 o 1907, y creo que sentí, aun entonces, el hecho de que, a pesar del título engañoso, el héroe no es Don Quijote, el héroe es aquel hidalgo