ISBN 0124-0854
N º 25 Julio de 1997
Detrás de una mujer
para eso el aspecto físico es lo de menos. La ingeniería comercial, economía entre nosotros, le llegó de forma natural.“ En Chile es muy valorada. Allá nadie pasa a la carrera como segunda opción.”
Christian Fresard Briones vino a Colombia por una mujer. Lo dice sin dudarlo, como la cosa más natural del mundo, mientras enfoca con sus ojos pardos un punto indeterminado. Lo dice sin aspavientos, con el suave acento sureño que le dio haber nacido y vivido los veintiocho años de su vida en Santiago de Chile. Mide alrededor de 1,78 m. Es acuerpado, más no atlético. Pelo negro, cejas tupidas. Este ingeniero comercial, pos graduado en economía y director del Grupo de Coyuntura del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad, sería lo que las señoras llaman " un partidazo ", si no fuera porque es casado. Que algunas mujeres lo consideren atractivo“ es una ventaja, aunque a veces la gente se queda en eso”, dice. Por otro lado, lo que le interesa como profesor es despertar y motivar en los alumnos la inquietud de ser responsables frente a su realidad, y
En su profesión Fresard, cuyo apellido llegó alguna vez de Francia, encontró el punto de equilibrio entre su inquietud por el aspecto social y sus habilidades matemáticas. Durante sus estudios en la Universidad de Chile no fue el súper genio:“ debido a la situación política de mi país, en la facultad la población estudiantil estaba muy polarizada. Los profesores no eran los mejores y yo no me motivé para hacer ciencia”. Eso cambió con el pos grado, que hizo entre 1992 y 1993. Desde ahí inició un recorrido por distintas universidades de su país, como profesor de diferentes cursos y en proyectos de investigación.
A Medellín llegó hace casi un año, siguiendo a Mariluz, una pediatra del Hospital San Vicente que conoció mientras ella estudiaba en Santiago.“ Ella estaba haciendo una especialización y un amigo nos presentó. Salimos un tiempo y nos hicimos novios. Cuando ella volvió a Colombia quedamos en suspenso. Luego vine a verla y supimos que era en serio.” Un día de diciembre antes de partir hacia Chile, Christian y Mariluz se casaron.“ Él no le dijo a nadie. Se bajó de un taxi, con la maleta, en la iglesia del Perpetuo Socorro. Después cuando volvió me dijo que ese día se había casado”, cuenta Luz Ángela Valencia, una buena amiga de la Universidad. A la Institución ingresó por convocatoria. Según Juan Enrique