Agenda Cultural UdeA - Año 2011 AGOSTO | Page 2

Presentación

ISBN 0124-0854
N º 179 Agosto de 2011
Por implosión, terminaron perdiendo los juristas romanos y los Césares, porque la interrupción y la irrupción se volvieron repetitivas. Los césares terminaron siendo cesaristas y después neronianos. Lo excepcional se convirtió en regla. Gran parte de la debacle de la Roma imperial se debe a que los anormales fronterizos terminaron gobernando a Roma. Es decir, Roma terminó siendo anormal. ¿ Acaso recordamos aún que Atila gobernó a Roma desde las fronteras que hoy son Suizas en las provincias urganas, glaronesas, lepontinas, valaisanas y peninas, y que es muy posible que hubiera orinado en el Rio Sesia?
Amén de muchos ejemplos de dictadores como los viejos conocidos, los recientes noveles y la pléyade de los clásicos latinoamericanos, que terminaron siendo famosos, más en la literatura que en la política, y más reconocidos por sus excentricidades que por sus crueldades, quiero traer a memoria que aquí y acullá se sigue defendiendo la idea de que el benemérito e inmaculado prócer de la patria española y no siempre bien reconocido como“ arcángel de las huestes de la divina providencia”, Franco, como el que más, sólo fue un dictador en el sentido romano del término jurídico porque interrumpió la democracia para purificarla, beatificarla y salvarla por Opus Dei. Fue la única diferencia con los bárbaros Hitler y Stalin, que hicieron lo mismo, pero sin Dios en el medio.
Esa es la prehistoria de nuestros estados de excepción y de su versión más sofisticada que son los estados de opinión.
Y todo este preámbulo para decir que nos convoca la defensa de la normalidad jurídica contra la excepcionalidad política, porque el sencillo acto de celebrar años de una Constitución es como refrendar la normalidad jurídica, pero reconociendo que lo anormal está en uno y al frente y siempre es posible.
Lo que deberíamos celebrar es que la cultura constitucional de los
últimos veinte años nos enseñó a muchos que los enemigos de una