Exponiéndose al riesgo de males peores, tales como insu ciencia
hepática crónica, hipertensión, osteoporosis e incluso cáncer.
Sin endo esa angus ante opresión y dolor constantes en el pecho y
la garganta.
Sufriendo por dispepsia, eructos o atulencias.
Despertándose irritable, enojado con su familia y con todo el mundo
que lo rodea.
Gastando cientos y hasta miles de dólares en medicinas recetadas,
medicamentos de venta libre, suplementos dietarios y visitas al médico.