E
stas expresiones de solidaridad desde lo
que cada uno tiene según su capacidad,
trabajo, profesión y edad, los testimonios
heroicos de generosidad hasta arriesgar la
vida por otros, sean un estímulo para preparar-
nos a la reconstrucción. Ciertamente México está
de pie; pero se requiere caminar, peregrinar hacia
la reconstrucción. La emergencia es la etapa ini-
cial como la primera jornada del peregrino, nos
muestra grandeza de corazón y generosidad, en-
trega de miles de hermanos de todos los rincones
del país: son la luz, el alimento y el camino para
emprender la reconstrucción.
Palpamos la grandeza del corazón
de miles de personas para
compartir, servir y entregarse por
los demás con todo lo que tienen.
Aún estamos en la etapa de emergencia; urge no
bajar los brazos ni desinformar, desalentar o di-
vidir. Para emprender juntos la reconstrucción
serán necesarios encuentros de información y
sensibilización para conocer y mejorar el pro-
yecto, talleres de participación y capacitación a
diferentes niveles. Desde el principio habrá que
cuidar que toda labor de reconstrucción esté real-
mente libre de intereses, oportunismo político y
de protagonismos; serán tentaciones para algu-
nos; de allí la necesidad de instrumentar bien la
transparencia y rendición de cuentas.
La reconstrucción será una etapa larga y fatigo-
sa de años que requiere ya equiparnos de dispo-
nibilidad, organización y capacitación para servir
mejor; diseñar el proyecto de reconstrucción por
quienes tienen responsabilidad, capacidad, hones-
tidad para servir al bien común. Todos estamos
llamados a colaborar: las instituciones, organiza-
ciones, MCS, profesiones, empresarios y trabajos
de los diferentes sectores de la sociedad sobre todo
representantes de las zonas siniestradas; también
la Iglesia desde su misión. Todos tenemos algo o
mucho que aportar: asesoría, conocimientos, re-
cursos materiales y servicios.
Necesitamos un proyecto concreto en el que la
participación activa, consciente y responsable en
la reconstrucción material, vayamos reconstru-
yendo al mismo tiempo el tejido social: otra ma-
nera de relacionarnos, de trabajar y de realizar las
responsabilidades en la sociedad. Los sismos tam-
bién nos muestran que los cimientos y pilares es-
tructurales de nuestra sociedad ya no funcionan
AD GENTES
NOVIEMBRE · DICIEMBRE 2017
así, están agrietados y con daños estructurales
que amenazan derrumbarse; nos urge recons-
truir con otra manera de trabajar, hacer política,
de educar y de vivir.
Todos somos limitados y frágiles; por intercesión
de la Virgen Santísima vamos a implorar la ayuda
misericordiosa de Dios en este momento que vi-
vimos y sufrimos; que nos mueva y ayude a qui-
tar las barreras de soberbia, ambición y egoísmos
y nos guíe de la mano para emprender juntos la
peregrinación de la reconstrucción material, mo-
ral y espiritual de Oaxaca. Invitamos a todos a
disponernos y motivarnos para peregrinar espi-
ritualmente; pondremos en manos de la Virgen
Santísima la tarea ardua de la reconstrucción.
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