Los espacios públicos
En el período de 1980 a 1994 el acceso a la vivienda disminuyó en
un 60% (Casas, Kevin y Blanco, Lara, 2005), por lo cual se tomaron
medidas como la construcción de “viviendas populares”. Muchas no
tenían zonas verdes, iluminación adecuada, alcantarillados, ni zonas
de recreación. En la actualidad, éste último aspecto es un requisito
para construir en las urbanizaciones, pues los espacios abiertos, sean
parques o zonas de juego, promueven que las personas, sobre todo los
niños y jóvenes, tengan un espacio sano para socializar y jugar.
Al crecer las ciudades, los espacios públicos han disminuido. Muchas
plazas en las que en un pasado se “mejengueaba” son parques donde
no se puede jugar. Muchos no están correctamente iluminados o no
lo están, carecen de basureros y dan el aspecto de un gran abandono
social. Además, algunos son guarida de indigentes y delincuentes.
La pregunta que se plantea ante este problema es: ¿a dónde van los
jóvenes a jugar o a divertirse si las zonas urbanas están aglomeradas?
Solidaridad
Cuando convivimos
en una sociedad debe
prevalecer un sentimien-
to social de ayudar de la
mejor manera en nuestro
entorno. Por ejemplo,
cuidar los parques con
el fin de que las futuras
generaciones puedan
disfrutarlos.
Estética
La belleza de un pueblo
no solo está en las perso-
nas que lo habitan, sino
en la forma que cuidan
lo que les puede generar
una satisfacción personal
y social. Por lo tanto,
los espacios públicos
debemos cuidarlos y no
convertirlos en guaridas
sucias y habitadas por
delincuentes.
Realmente es lamentable que nuestros jóvenes no cuenten con los
espacios adecuados para una recreación sana. En épocas pasadas,
era común que niños y jóvenes estuvieran jugando todo el día en
la “calle” y sólo regresaban a comer a la casa. Hoy, jóvenes y niños
permanecen encerrados en sus casas ante la falta de espacios y el peligro que implica andar todo
el día en la “calle”.
Con el solo hecho de que nuestros jóvenes vuelvan a ser “libres”, se podría pensar en oportuni-
dades de superación y éxito. En esta sociedad posmoderna en la que se vive, parece que ellos se
sienten “solos” a pesar de tener un “ejército social” (padres, docentes…) que están con ellos. Les
falta reencontrarse consigo mismos para sacar adelante nuestra sociedad.
Trabajemos en el aula...
Instrucciones:
Conteste a las siguientes preguntas en su cuaderno; tome en cuenta las páginas 34 y 35 del libro.
1. ¿Cómo incide la pobreza en la delincuencia?
2. ¿Por qué son de utilidad los espacios abiertos en las comunidades?
3. Según su opinión, ¿las áreas de juego aumentan o disminuyen los actos de delincuencia en los jóvenes?
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