El horno microondas fue descubierto en 1945 por Percy Spencer. Utiliza ondas electromagnéticas (microondas) de alta frecuencia (2.45 GHz) para agitar las moléculas de agua en los alimentos. Esta fricción genera calor, cocinando o recalentando la comida de manera interna.
Según la visión holística y varias tradiciones naturales como: ayurveda, macrobiótica, bioenergética, los alimentos no solo nutren el cuerpo físico, sino también contienen energía vital.
Los alimentos calentados en microondas pierden parte de su estructura molecular y energía vital, disminuyendo su valor nutricional y vibracional, la formación de compuestos tóxicos en algunos alimentos recalentados.
Según enfoques bioenergéticos,
la exposición constante a microondas afecta el campo electromagnético humano, si la persona permanece cerca del aparato mientras está en uso, puede afectar la glándula pineal, la concentración y el equilibrio emocional en personas sensibles, reducción de nutrientes esenciales, vitaminas del grupo B, antioxidantes, desnaturalización de proteínas y oxidación de grasas saludables, aumento de radicales libres, relacionados con procesos inflamatorios y envejecimiento celular.
La exposición prolongada a radiación electromagnética, si el aparato tiene fugas o mal funcionamiento, desequilibrio del sistema digestivo y energético.
Usar el microondas solo en casos necesarios, si desea saber más les invito a ver el vídeo en español.