Hoy recuerdo a quien fuera uno de mis primeros maestros de vida y quien me abrió la mente y el corazón al periodismo alternativo internacional cuando aún no existía el internet y las comunicaciones eran por correo internacional.
Recuerdo esas tardes cuando sin anunciarme me aparecía por Radio Municipal (hoy Radio Ciudad de Buenos Aires) y esperaba la luz verde del estudio para entrar y sentarme en el piso y escuchar a Miguel mezclar música de Rock nacional y mundial con comentarios sobre el medio ambiente y la ecología sustentable. Flaco, alto, con barba, siempre estaba rodeado de jóvenes estudiantes, quienes gozábamos de sus comentarios.
Quizás un recuerdo de su paso por el Greenwich Village allí por 1964 cuando compartió vida con Allen Ginsberg y tantos otros poetas hippies de la época.
Lo cierto es que a tantos años, aun lo recuerdo y le guiño el ojo. Gracias Miguel, aun seguimos siendo muchos los que seguimos tus pasos bregando por un mundo mejor…
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`Somos irremediablemente libres. Incomparablemente eternos.
Absolutamente insignificantes. Esencialmente únicos”.
Miguel
Grinberg